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martes, 28 de octubre de 2014

Tim Hardaway, magia negra


Tim Hardaway fue uno de los mejores bases que pasaron por la NBA, aunque es necesario decir que su fulgurante comienzo profesional se vió empañado con el tiempo por las lesiones, sobre todo, y sus malentendidos con compañeros y entrenadores. Formó parte del gran tridente ofensivo de los Warriors junto a míticos jugadores como Mullin, Richmond y Marcioulonis.

De todas fomas, no sólo jugó con los Warriors (casi seis temporadas) sino que estuvo rulándose por varios equipos como los Heat, Dallas o Denver, donde se retiró por lesión en 2002.

Hardaway era un jugador de baja estatura aunque con un físico potente. Empezó a jugar ya de muy pequeño al basket en Chicago y siempre ansió ir a la NBA, es decir, llevaba el basket en la sangre. Los padres debieron influir algo en ese amor por el basket, ya que con sólo 6 meses le regalaron un coche de juguete y un balón de basket. Por supuesto, se quedó con el balón. Como suele ser habitual en muchos de los jugadores de la NBA, la situación familiar en la que se crió no fue fácil, con una relación complicada entre los padres, el padre con problemas de alcoholismo y con un divorcio cuando Hardaway tenía 12 años. Para Hardaway, el baloncesto fue una válvula de escape.


Hardaway fue a la universidad de Texas, donde perfeccionó un movimiento de dribbling que se conoció como "UTEP two-step”. En 1989 entró en la NBA  de la mano de los Golden State Warriors, que lo escogieron en primera ronda del draft, y empezó su andadura con paso firme conviertiéndose en uno de los máximos anotadores. Contribuyó a que su equipo fuese el máximo anotador de la liga así como el líder en asistencias. Por supuesto, entró en el All-Rookie First Team de la temporada y lo que es más, alcanzó los 5000 puntos y las 2500 asistencias antes que ningún otro jugador (excepto por Oscar Robertson, que jugó en los 60 y 70), lo consiguió sólo en 262 partidos.

A partir de la temporada 91-92 los Warriors empezaron a declinar, en parte por culpa de la plaga de lesiones que asoló al equipo. Hardaway se perdió 16 partidos, aún así terminó de segundo en asistencias en el total de la temporada. La temporada 93-94 fue todavía peor para él, se la perdió por completo por culpa de la rotura de ligamento de su rodilla. La temporada siguiente fue una continuación de la pesadilla, que remató con el equipo en la última posición y Hardaway tuvo sus más y sus menos con su compañero Latrell Sprewell y con el entrenador Rick Adelman , así como con los problemas físicos.

Ante esta situación, el jugador pugnó por cambiar de aires y a mediados de la temporada 95-96 fue traspasado a Miami Heat. La siguiente temporada lideró al equipo en anotación y asistencias y llegaron a las finales de Conferencia donde cayeron ante los intratables Bulls.


Sin embargo, Hardaway siguió con sus problemas físicos y al parecer con sus roces con los entrenadores, Pat Riley no fue una excepción en este sentido. Todo ello contribuyó a su traspaso a los Dallas Mavericks en la temporada 2001-2002. Su estancia fue breve en el cuadro tejano, ya que en febrero de la misma temporada se le dio el pasaporte hacia Denver. Para su desgracia allí terminaría su carrera, cuando el jugador de los Sonics Randy Livingston le pisó accidentalmente, causando la rotura de su pie izquierdo.

Desvinculado de los Nuggets, intentó encontrar equipo pero su alto coste salarial, su edad y su plaga de lesiones fueron una barrera determinante. Ya retirado, se convirtió en analista para la ESPN.

Hardaway llevó a cabo muchas actividades de ayuda social y caridad, por ejemplo con asociaciones de lucha contra la drogadicción y de soporte a la educación infantil.

2 comentarios:

  1. menudo base, tridente de lujo con Mullins y marciolunis, y después pareja de baile de majerle y alonzo mourning en los heat.
    Por cierto tuviste una visita de Moscú, con la entrada de Mandator, tienes que seguir dandole al metal vpower, ya sé que es muy cansino.... que me vas a contar.

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  2. Los años dorados de los Golden, nunca mejor dicho.
    Bufff las críticas de disco me dan cada vez más pereza, pero sí que dan audiencia, eso es verdad.

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