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martes, 21 de octubre de 2014

William Boyd - barras y estrellas

Boyd es un escritor de esos de pluma suelta, que digo yo, es decir, con facilidad para transmitir sensaciones y crear situaciones enrevesadas. Este libro es un claro ejemplo de ello. A lo largo de todo el libro Boyd nos pone al protagonista, un petulante inglés que ha emigrado a Norteamérica en busca de fortuna y felicidad, en situaciones a cada cual más desternillante.


Son situaciones catatónicas, verdaderos problemas de la vida diaria pero a los que el escritor les da un giro humorístico genial que hace que parezcan ridículas y, por supuesto, muy graciosas. De esta forma, a través del humor, sin duda en mi opinión el arte más complicado en términos de escritura (o de cine, por ejemplo), se nos van contando las vicisitudes de una persona nomal, del montón que se podría decir. Sus amores y sus complicaciones amorosas, sus debilidades y como complejos y como le afectan en el día a día, como trata de superarlos con todas las circunstancias en contra, sus bajezas y sus momentos de iluminación. De esta manera, transcurren las situaciones, la vida del personaje y podemos ver como la vida nos va moldeando, va cambiando nuestras expectativas o, mejor dicho, provoca que nuestras esperanzas se vayan acomodando a nuestras frustraciones, el día a día nos vence en la mayor parte de los casos, y las buenas intenciones de por la mañana se convierten en un auténtico cenagal a la hora de la cena.

Aún así, creo que el mensaje final del libro es positivo. Boyd nos deja la enseñanza, su visión, de que a pesar de todas las putadas qua la vida nos va haciendo, de todas las zancadillas que nos pone a lo largo del camino, las ganas de vivir del ser humano pueden con todo eso, seguimos tirando como bueyes del carro y con ganas de no estirar la pata. Algo tendrá la vida que nos ilusiona a pesar de todos los sinsabores, al parecer no es otra cosa que los pequeños momentos de felicidad que disfrutamos cuando el guardián del tiempo se despista, momentos que nos redimen de todo el detristus que tenemos que tragar.

Boyd es un escritor genial, transmite sensanciones y pensamientos con gran facilidad, con un vocabulario y una gramática rica pero sin caer en lo empalagoso. Su perfil de los personajes es sencillamente genial, los llegas a conocer, a querer y odiar, a reirte de ellos y con ellos, de sus patologías, de sus rasgos humanos, hasta un punto que parecen parte de tu vida, realmente soberbio. 

Un extracto del libro: "El resto del trayecto transcurrió en silencio. Henderson se sintió de pronto curiosamente relajado. Todo había salido tan mal que, por primera vez en muchísimo tiempo, veía el futuro con una gran claridad. Cuando todas las esperanzas se han venido a tierra, razonó, la vida no es más que un simple sucederse de las horas y los días. Sin ninguna ambición ni aspiración, lo único que queda es la borreguil y trivial tarea de sobrevivir".

4 comentarios:

  1. te echas unas risas gansas con esta novela, ingenioso, profético sobre la sociedad americana y con una imaginación desbordada, cada situación de este libro supera a la siguiente, etiqueta cojonudo

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    1. Si, el tipo tiene una habilidad increíble para crear situaciones de lo más cómicas. Y hace un buen análisis de la sociedad americana

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  2. Sinceramente, no me sorprende que hayas escrito esto, siempre mirando el lado positivo de todo.

    Me quedo con este párrafo:

    Algo tendrá la vida que nos ilusiona a pesar de todos los sinsabores, al parecer no es otra cosa que los pequeños momentos de felicidad que disfrutamos cuando el guardián del tiempo se despista, momentos que nos redimen de todo el detristus que tenemos que tragar.

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    1. Cada uno tiene una filosofía de vida, lo pienses más o lo pienses menos, pero es el estilo, la firma personal de cada uno, se lleva impresa en la piel, aunque a veces no reparemos en ello.

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