1.Shine On 04:23
2.Stranger 04:17
3.Pain 04:14
4.Destroy the Boredom
02:14
5.Love of Hell 06:10
6.Don't Let It Die 05:14
7.Absolute Figure 04:29 instrumental
8.Sailing 05:28
9.Edge of Time 04:30
10.In the Chaos 04:17
11.Run with the Flash 05:03
Naoto Shibata Bass
Yukio Morikawa Vocals
Akio Shimizu
Guitars
Isamu Tamaru Drums
Aquí tenemos a esta veterana banda japonesa que lleva
rulando por el mundo del metal desde principios de los 80, y ahí siguen dando
caña. Por supuesto, por el camino han pasado por mil vicisitudes y han editado
un buen puñado de albums. En el 92 colgaron las botas, como tantas otras
bandas, con el advenimiento a la Tierra del movimiento grunch, prefirieron
dejar el heavy que ya no vendía a venderse ellos. Pero retornaron en el 2000
con un nuevo album bajo el brazo y los fans enfervorizados, ya sabemos como son
los japoneses con estas cosas, profesan auténtica devoción por sus mitos y nos
los derriba ni el más fuerte de los huracanes, vamos lo mismito que en
España...
En ese album del 2000 aparecían personajes tan célebres como
Graham Bonnet o Homma, el guitarrista de Loudness, fue un buen retorno. Y es
que los Anthem no entienden de componendas, ellos van a lo suyo que es hacer
heavy metal de toda la vida, lo mismo que ocurre con este Absolute World que
acaban de publicar. Por cierto, en 2013 a punto estuvieron de colgar nuevamente
los instrumentos cuando su bajista fue diagnosticado con cáncer de estómago. Afortunadamente,
lo superó y aquí tenemos el resultado de su trabajo.
He de decir que me ha costado sacarle el jugo al disco, básicamente
porque la base rítmica no me acababa de convencer del todo, sobre todo en los dos
primeros temas que tiran más hacia un power metal europeo de finales del siglo
pasado, un poco música para quinceañeros. Pero el disco va ganando consistencia
a medida que se suceden las canciones y la batería va bajando un poco de
revoluciones. El que no baja el pistón es Akio Shimizu, que da un auténtico
recital a la guitarra, solos de campanillas, buenos riffs, una auténtica
metralleta este tipo. El vocalista también hace una actuación notable, tiene
una voz con un tono grave pero que es capaz de subir hacia cotas más altas y en
todo caso hace un trabajo muy uniforme, sin altibajos y que le queda muy bien a
todas las canciones.
Entrando un poco en los temas, los dos primeros no me acaban
de convencer del todo, con una batería a doble bombo infernal, será que me
estoy haciendo mayor pero a mi estas powermermeladas de tiempos pasados se me
hacen muy cargantes. Afortunadamente, el trabajo de la Shimizu nos compensa un
poco de esa pastelada y nos deja unos solos más que aceptables.
Como decía antes, a partir del segundo corte el disco
empieza a ir claramente para arriba y lo que dejan claro es que son unos
grandes músicos, porque se marcan ritmos de lo más variado, siempre dentro de
un heavy metal de corte clásico. Pain es un tema muy pegadizo, con un ritmo
vibrante y un estribillo que se queda en la memoria. Por cierto, hablando de
estribillos, el vocalista canta en japonés pero suele meter frases en inglés que
coinciden con el estribillo o algún puente. Solo de quitarse el sombrero, que
cuna de grandes guitarristas ha sido siempre Japón.
Destroy the Boredom .Si los primeros temas del disco eran azucarados hasta para
un pastelero, en este el ritmo de bajo y batería es potente y acompaña
perfectamente la voz rasga del vocalista y los derrapes de Shimizu. Eso sí, en
las melodías y estribillos apreciamos el gusto de los japoneses por las cosas
un poco atípicas, rollito modernete, entre manga y androides que tanto les
gustan. Destroy the Boredom es un tema moderno, con potencia y velocidad, solo
me deja un poco frío el rollito japo en el estribillo, con la excentricidad un
poco por bandera, pero forma parte de su rollo y así hay que entenderlo.
Love of Hell es tema donde levantan el pie del acelerador, más
pausado y más clásico, se puede decir que es un medio tiempo. Y a mi en este
tema, como en otros, la voz de Morikawa me suena un montón a la de Rob Rock,
tiene ese matiz, esa forma de entonar la melodía que tanto me gusta de Rob Rock
y que hace que en seguida lo identifiques. Buen tema, muy clásico,
perfectamente ejecutado, coronado por un solo con un rollito Schenker.
Don't Let It Die es otro tema rápido, para lucimiento del
vocalista y del guitarra. El estribillo tiene un sabor añejo y a mi me recuerda
una barbaridad al Malmsteen de los 80, un rollo fire and ice, el solo de
guitarra además va en ese sentido, ultraspeedico y tirando a neoclásico, para
mi uno de los mejores temas del disco, muy adictivo y con un estribillo muy
conseguido, cantado en inglés.
Igual que se lucen todos los miembros en el siguiente tema, Absolute
Figure, dejando constancia clara de su calidad. Normalmente los temas
instrumentales te los sueles saltar después de unas cuantas escuchas, este no
es el caso, está perfectamente elaborado y se deja escuchar sin caer en el
aburrimiento.
Sailing deja constancia de la versatilidad de estos tipos,
el tema arranca con un ritmo y un riff muy del metal que se hace ahora, pero lo
combinan a su vez con inserciones de ritmos más ochenteros.
Edge of time, guitarras con mucha distorsión y groove, de
nuevo sonidos modernos, sobre todo en la guitarra y en la melodía
que impone el vocalista, constantes cambios de ritmos y al final acabamos
cayendo en estribillos con un sabor muy clásico. Es esa combinación entre
sonido moderno y clásico lo que hace que el disco sea de lo más ameno. Solo de
gorra, qué calidad la de este tipo, te los mete de todos los colores.
In the chaos es uno de los temas más estándar del disco,
donde lo que más destaca es el estribillo con una sonoridad un tanto floclórica
que le queda bien. El disco remata con Run with the flash, con riffs que se
acercan al sonido thrash, de nuevo la variación en las composiciones, la voz
es melódica y se sale un poco de ese riff a degüello, poniendo el contraste y
la melodía hacia la que tiende siempre el vocalista.
En resumen, no es una joya de disco, pero sí que uno de esos muy disfrutables y que te van atrapando poco a poco, de los que se
escuchan a menudo, con un buen grado de virtuosismo pero sin rayar.
Un posible candidato al top ten del 2014.
vaya currelo de crítica. los anthem tienen muchas tablas, siempre ofrecen calidad. Tienes que escucharte el nuevo de saint, a mi me tiene atrapado.
ResponderEliminarTecnología japonesa.
ResponderEliminarYa estoy con el de Saint, pero aún tengo que darle unos cuantos repasos más antes de meterme con la manos en la masa.