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martes, 18 de noviembre de 2014

Anthem - absolute world (2014)


1.Shine On  04:23    
2.Stranger   04:17    
3.Pain  04:14    
4.Destroy the Boredom  02:14  
5.Love of Hell  06:10  
6.Don't Let It Die  05:14           
7.Absolute Figure 04:29   instrumental
8.Sailing           05:28    
9.Edge of Time    04:30    
10.In the Chaos    04:17    
11.Run with the Flash   05:03    

Naoto Shibata  Bass
Yukio Morikawa   Vocals
Akio Shimizu    Guitars
Isamu Tamaru  Drums


Aquí tenemos a esta veterana banda japonesa que lleva rulando por el mundo del metal desde principios de los 80, y ahí siguen dando caña. Por supuesto, por el camino han pasado por mil vicisitudes y han editado un buen puñado de albums. En el 92 colgaron las botas, como tantas otras bandas, con el advenimiento a la Tierra del movimiento grunch, prefirieron dejar el heavy que ya no vendía a venderse ellos. Pero retornaron en el 2000 con un nuevo album bajo el brazo y los fans enfervorizados, ya sabemos como son los japoneses con estas cosas, profesan auténtica devoción por sus mitos y nos los derriba ni el más fuerte de los huracanes, vamos lo mismito que en España...

En ese album del 2000 aparecían personajes tan célebres como Graham Bonnet o Homma, el guitarrista de Loudness, fue un buen retorno. Y es que los Anthem no entienden de componendas, ellos van a lo suyo que es hacer heavy metal de toda la vida, lo mismo que ocurre con este Absolute World que acaban de publicar. Por cierto, en 2013 a punto estuvieron de colgar nuevamente los instrumentos cuando su bajista fue diagnosticado con cáncer de estómago. Afortunadamente, lo superó y aquí tenemos el resultado de su trabajo.

He de decir que me ha costado sacarle el jugo al disco, básicamente porque la base rítmica no me acababa de convencer del todo, sobre todo en los dos primeros temas que tiran más hacia un power metal europeo de finales del siglo pasado, un poco música para quinceañeros. Pero el disco va ganando consistencia a medida que se suceden las canciones y la batería va bajando un poco de revoluciones. El que no baja el pistón es Akio Shimizu, que da un auténtico recital a la guitarra, solos de campanillas, buenos riffs, una auténtica metralleta este tipo. El vocalista también hace una actuación notable, tiene una voz con un tono grave pero que es capaz de subir hacia cotas más altas y en todo caso hace un trabajo muy uniforme, sin altibajos y que le queda muy bien a todas las canciones.

Entrando un poco en los temas, los dos primeros no me acaban de convencer del todo, con una batería a doble bombo infernal, será que me estoy haciendo mayor pero a mi estas powermermeladas de tiempos pasados se me hacen muy cargantes. Afortunadamente, el trabajo de la Shimizu nos compensa un poco de esa pastelada y nos deja unos solos más que aceptables. 

Como decía antes, a partir del segundo corte el disco empieza a ir claramente para arriba y lo que dejan claro es que son unos grandes músicos, porque se marcan ritmos de lo más variado, siempre dentro de un heavy metal de corte clásico. Pain es un tema muy pegadizo, con un ritmo vibrante y un estribillo que se queda en la memoria. Por cierto, hablando de estribillos, el vocalista canta en japonés pero suele meter frases en inglés que coinciden con el estribillo o algún puente. Solo de quitarse el sombrero, que cuna de grandes guitarristas ha sido siempre Japón.

Destroy the Boredom .Si los primeros temas del disco eran azucarados hasta para un pastelero, en este el ritmo de bajo y batería es potente y acompaña perfectamente la voz rasga del vocalista y los derrapes de Shimizu. Eso sí, en las melodías y estribillos apreciamos el gusto de los japoneses por las cosas un poco atípicas, rollito modernete, entre manga y androides que tanto les gustan. Destroy the Boredom es un tema moderno, con potencia y velocidad, solo me deja un poco frío el rollito japo en el estribillo, con la excentricidad un poco por bandera, pero forma parte de su rollo y así hay que entenderlo.

Love of Hell es tema donde levantan el pie del acelerador, más pausado y más clásico, se puede decir que es un medio tiempo. Y a mi en este tema, como en otros, la voz de Morikawa me suena un montón a la de Rob Rock, tiene ese matiz, esa forma de entonar la melodía que tanto me gusta de Rob Rock y que hace que en seguida lo identifiques. Buen tema, muy clásico, perfectamente ejecutado, coronado por un solo con un rollito Schenker.

Don't Let It Die es otro tema rápido, para lucimiento del vocalista y del guitarra. El estribillo tiene un sabor añejo y a mi me recuerda una barbaridad al Malmsteen de los 80, un rollo fire and ice, el solo de guitarra además va en ese sentido, ultraspeedico y tirando a neoclásico, para mi uno de los mejores temas del disco, muy adictivo y con un estribillo muy conseguido, cantado en inglés.

Igual que se lucen todos los miembros en el siguiente tema, Absolute Figure, dejando constancia clara de su calidad. Normalmente los temas instrumentales te los sueles saltar después de unas cuantas escuchas, este no es el caso, está perfectamente elaborado y se deja escuchar sin caer en el aburrimiento.

Sailing deja constancia de la versatilidad de estos tipos, el tema arranca con un ritmo y un riff muy del metal que se hace ahora, pero lo combinan a su vez con inserciones de ritmos más ochenteros.

Edge of time, guitarras con mucha distorsión y groove, de nuevo sonidos modernos, sobre todo en la guitarra y en la melodía que impone el vocalista, constantes cambios de ritmos y al final acabamos cayendo en estribillos con un sabor muy clásico. Es esa combinación entre sonido moderno y clásico lo que hace que el disco sea de lo más ameno. Solo de gorra, qué calidad la de este tipo, te los mete de todos los colores.

In the chaos es uno de los temas más estándar del disco, donde lo que más destaca es el estribillo con una sonoridad un tanto floclórica que le queda bien. El disco remata con Run with the flash, con riffs que se acercan al sonido thrash, de nuevo la variación en las composiciones, la voz es melódica y se sale un poco de ese riff a degüello, poniendo el contraste y la melodía hacia la que tiende siempre el vocalista.

En resumen, no es una joya de disco, pero sí que uno de esos muy disfrutables y que te van atrapando poco a poco, de los que se escuchan a menudo, con un buen grado de virtuosismo pero sin rayar. 

Un posible candidato al top ten del 2014. 

2 comentarios:

  1. vaya currelo de crítica. los anthem tienen muchas tablas, siempre ofrecen calidad. Tienes que escucharte el nuevo de saint, a mi me tiene atrapado.

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  2. Tecnología japonesa.
    Ya estoy con el de Saint, pero aún tengo que darle unos cuantos repasos más antes de meterme con la manos en la masa.

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