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miércoles, 19 de noviembre de 2014

Hacia rutas salvajes


Título original: Into the Wild
Año 2007
Duración: 150 min.
País:  Estados Unidos
Director: Sean Penn
Guión
Sean Penn (Libro: Jon Krakauer)
Música: Michael Brook, Eddie Vedder, Kaki King (Canciones: Eddie Vedder)
Fotografía: Eric Gautier
Reparto: Emile Hirsch, Marcia Gay Harden, William Hurt, Jena Malone, Brian Dierker, Vince Vaughn, Kristen Stewart, Catherine Keener, Hal Holbrook, Thure Lindhardt, Signe Egholm Olsen, Zach Galifianakis, Haley Ramm, R.D. Call
Género: Drama | Basado en hechos reales. Naturaleza. Supervivencia.

Sinopsis: A principios de los años noventa, el joven e idealista Christopher McCandless (Emile Hirsch), adopta el nombre de Alexander Supertramp, deja sus posesiones y sus ahorros a la beneficencia y abandona el mundo civilizado con rumbo a la salvaje Alaska para entrar en contacto con la Naturaleza y descubrir el verdadero sentido de la vida. Adaptación del best-seller de Jon Krakauer, basado en las notas del diario de McCandless.

Premios
2008: Premios César: Nominada a Mejor película extranjera
2007: 2 nominaciones al Oscar: Mejor actor de reparto (Hal Holbrook), montaje
2007: Globo de Oro: Mejor canción original. 2 nominaciones
2007: National Board of Review: Mejor actor revelación (Emile Hirsch), 10 mejores películas
2007: Asociación de Críticos de Los Angeles: Finalista a mejor actor sec. (Hal Holbrook)
2007: American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores películas del año


Hete aquí una de esas pelis que entretiene y da que pensar a partes iguales. Está inspirada en hechos reales, independientemente de todas las florituras que el director le pueda haber añadido, el germen está ahí.

La peli gira en torno a la idea de volver a lo que somos: el lobo herrante, el contacto con la naturaleza, dejar que nuestro lado salvaje, esa parte de nosotros que se niega a seguir las leyes de la evolución darwiniana, tome el control. De hecho, estamos cansados de ver que muchas veces el lobo se hace con el timón de nuestras vidas, pasa todos los días: asesinatos, violaciones y demás tropelías. El lobo sale a relucir. La cuestión es que ese lobo entre muros de hormigón da mucho el cante, pero si eso transucurriese en un ambiente salvaje lo veríamos como lo más normal, o mejor dicho ni lo veríamos, sería consustancial a nuestra forma natural de ser.


Ahora bien, desde que el hombre pretende, muchas veces sin conseguirlo, ser más que un animal salvaje, ahí es donde entran en conflicto esa naturaleza bipolar. En ese punto es donde entra en escena la decisión de Alexander Supertramp, este es el nombre de guerra que adopta el chico. Un universitario perteneciente a una familia americana de nivel medio-alto, que estudia en una de las mejores universidades, obtiene unas buenas notas y se va labrando un buen futuro, un día decide romper con todo. El personaje principal no es un chico descocado e irreflexivo, todo lo contrario, es una persona sensible, bien educada y con formación, que le da muchas vueltas a las cosas. La presión familiar y el mal ambiente que se respira en el seno de su familia, le llevan a tomar la decisión de abandonarlo todo, su familia y sus posesiones materiales, para echarse al monte, descubrirse a sí mismo y tratar de encontrar un sentido a la vida que en ese momento no ve.


La puesta en escena es muy efectiva y creo que logra los resultados pretendidos. La peli nos presenta continuos flash back, desde el momento en que Supertramp llega a un monte en Alaska, el corazón de la vida salvaje, hacia atrás, repasando todos los pasos que ha dado para llegar hasta ahí. Y ese es también un camino valioso, ya que a través de los pasos de Supertramp vemos reflejada la vida de otras personas, personas que no han dado el paso de echarse al monte y que han asumido su vida rutinaria, con sus miserias y sus alegrías, si es que las hay. Nos ofrece una visión de personas variopintas, desde los hippies de toda la vida, pasando por jubilados o gente que trabaja duramente, o roba, para ganarse la vida. Da igual su condición, el resultado es que nos ofrece la visión de la vida del ciudadano o aldeano, según el caso, occidental, la que vive el 99,99% de la población, la que se nos entrega al nacer sin preguntarnos si queremos ser hombres en cautividad o animales salvajes en medio de la naturaleza.

Supertramp quiere descubrir su lado más natural y encontrar su sitio en el mundo. Por eso viaja a Alaska y renuncia a practicamente todas las comodidades de la vida diaria. Esta es también una parte interesante de la peli, el ver como las cosas más sencillas como una cacerola, medicinas o una ducha se convierten en un artículo de lujo cuando vives a cientos de kilómetros o a horas de la civilización. Podemos vivir sin esas comodidades materiales? Seríamos más felices viviendo con lo puesto? Es nuestro verdadero yo?


Por lo demás, la fotogografía es excelente, la banda sonora, la interpretación también y a pesar de que son 150 minutos de visionado no se hace para nada pesada. 

Interrogantes, todos ellos, que se lanzan a lo largo de la cinta, cada uno que extraiga sus conclusiones acerca de todas estas cuestiones. Sean Penn consigue poner todos esos temas encima de la mesa y entreternos al mismo tiempo, sin que la cosa se vuelva espesa. Me parece muy recomendable, dados los tiempos que corren. Abstenerse los consumidores compulsivos de palomitas. 

Peli completa

4 comentarios:

  1. Una persona tiene que estar muy hastiada de su vida para tomar la decisión de irse a vivir a Alaska con lo puesto. Y siendo californiano es echarle huevos, ser un inconsciente o por el contrario ser demasiado consciente de que el mundo en el que vivimos no es más que una sociedad alienante y antinatural en la que la única diferencia con respecto a épocas pasadas, es que hoy nosotros elegimos la esclavitud de forma voluntaria.

    Con este panorama, mi teoría es que McCandless compró sólo el billete de ida a propósito… porque nadie en su sano juicio que haya probado la libertad volvería voluntariamente a una cárceles de cemento o plantación de algodón.

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  2. Pues la verdad es que no sé si en su mente estaba llevar sólo un billete de ida o no. Pero parece que sí estaba bastante hasta las pelotas del mundo civilizado. No sé, cada uno es como es, pero en relación a lo que dices, cuando uno sale de viaje, un viaje largo, sin ataduras ni mucha planificiación, y siente un poco más la verdadera libertad, sin los caprichos de la vida diaria, es cierto que luego cuesta un huevo volver a adaptarse a la rutina del día a día.

    Lo que sí está claro es que en Alaska no cabemos todos, así que ahí tenemos un problema. Además, acabaríamos por convertir Alaska en un nuevo vertedero de cemento y plásticos.

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  3. En el fondo, creo que McCandless no era nada más que un chico de ciudad caprichoso escapando de sus padres. Y ese perfil no es el adecuado para sobrevivir en un entorno hostil como la naturaleza en estado puro donde, si te equivocas, al segundo siguiente estás muerto.

    Hablando de Alaska, échale un vistazo a este documental, seguro que te gusta:
    http://www.vice.com/video/heimos-arctic-refuge-1-of-5

    Y ya que estamos, te recomiendo Happy People: A Year in the Taiga, un documental de Werner Herzog. Una maravilla, si puedes, míralo, vale la pena.

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  4. Muchas gracias por las recomendaciones, seguro que son de lo más interesantes.

    Es verdad que McCandless no era más que un crío de buena familia, y no estaba preparado para sobrevivir sólo con sus capacidades en medio de la naturaleza (como no lo estamos casi nadie) salvaje, pero creo que hay que reconocerle el valor de dejar la zona de seguridad de su vida materialista y enfrentarse él solo a la búsqueda de un sentido de la vida.

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