Sinopsis: Charlie Asher es dueño de un edificio de San Francisco. Tiene
una tienda de objetos de segunda mano y está casado con una mujer guapa e
inteligente que lo quiere por ser tan normal. Sí, a Charlie le van bien las
cosas... hasta el día en que nace su hija, Sophie. Justo cuando se dispone a
irse a casa ve junto a la cama de su mujer a un extraño que asegura que nadie
debería poder verlo. Pero Chalie lo ve y comienzan a suceder cosas muy raras:
la gente cae muerta a su alrededor, cuervos gigantes se posan en su edificio y
oye susurros de una presencia siniestra. Charlie ha sido reclutado para un
trabajo desagradable, per muy necesario: la Muerte. Es un trabajo sucio. Pero alguien
tiene que hacerlo.
El libro de C.Moore viene recomendado como una de las
novelas más divertidas que uno haya leído nunca, algo insuperable y blablabla...,
lo cierto es que no me he reído ni una sola vez con este ladrillazo de libro,
que además lleva en la tapa el icono de best seller, un indicio más de que cada
uno debe hacer caso de su propio instinto, de sus gustos y tendencias personales, en lugar de seguir a la
borregamia.
Lo peor del libro: sin duda, la historia. Absolutamente ridícula.
Vale, cuando estás supuestamente leyendo un libro que es en tono humorístico, se
supone que lo de la historia es lo de menos. El caso es que para el autor la
historia no es lo de menos, es una idea interesante lo de hacer a un tipo
pasarse por la muerte pero la idea va cayendo en el olvido en la tediosa madeja
que el autor va construyendo alrededor de esta historia central. De risa? Más bien
para ponerse a llorar, con los estúpidos clichés y las frases hechas, los
estereotipos y toda esa bazofia que tanto gusta en el mundo de la tele y el
marketing, poca originalidad y, para mi gusto, ni pizca de gracia. Si esto es
sentido del humor que venga dios y lo vea. Lo peor es que además de no hacer
gracia, el argumento acaba siendo de lo más soporífero, el libro se hace
demasiado largo, dando más y más vueltas sobre sí mismo sin llegar a ninguna
parte, con un final propio de Walt Disney, realmente bochornoso.
Moore no escribe mal, pero tener buenas ideas y plasmarlas
en un papel en blanco es otra cosa. Lo único salvable de este truñaco de libro
son las reflexiones que por medio de este galimatías el autor va dejando en
torno a la muerte y la vida, la existencia misma. También están bien la
ridiculización que el autor hace de ciertos parámetros que la sociedad incrusta
en nuestras cabezas y en nuestra forma de vida, ciertas pautas sociales que,
por repetidas, parecen consustanciales a nuestro modo de vida y las vemos como
algo natural. Fuera de eso, este es un candidato fijo a libro para llevarse a
la cabañita en las montañas y alimentar la llama de la chimenea con él.
pues me has quitado las pocas ganas ya de por sí, que tenía de leer este libro.
ResponderEliminarBueno, ya sabes que en tema de gustos no se puede decir nada. Pero lo que más me chirria de esta novelilla es el tedioso y cada vez más cansino argumento. Igual me equivoco, pero creo que lo vas a poner a caer de un burro jajaja conociendo tu carácter y que pasas de este tipo de patrañas.
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