Sinopsis: en el curso de una expedición a una de las cimas más
temibles del Himalaya, el Kinsoru, se produce el hallazgo de un cadáver
congelado en la nieve. Podría tratarse del famoso alpinista y joven millonario
Jean-Pierre Leblanc, desaparecido hace años cuando él y su hermano Michel
intentaron ganar la cumbre en pleno invierno? Fue víctima de un desgraciado
accidente o, como algunos sospecharon en su día, tras su trágico final se
ocultaba algo más turbio?
Este libro tiene luces y sombras, y creo sinceramente que
podría haber sido mucho más grande y mejor de lo que finalmente es, un libro de
lectura rápida sin más. Empecemos por lo malo para acabar con buen sabor de
boca. La línea argumental se va empobreciendo con el paso de las páginas y el
final es bastante mediocre. El autor divaga en demasía, en mi opinión sobre la
idea de la culpabilidad de unos y otros, tejiendo una red de incertidumbres que
no se sustenta en base a unos razonamientos o pruebas que aporte el autor,
realmente se invienta a cada minuto cualquier patraña, como aquellos libros que
había hace algunos años donde uno podía escoger diferentes opciones para seguir
la historia. Como consecuencia de ello, los personajes se parecen cada vez más
a marionetas en manos del autor y el libro va perdiendo gas.
Eso es lo malo. Los puntos buenos son varios, en mi opinión.
Uso muy fluído y masivo de los diálogos, que dotan de gran vida y acción a la
novela, nada de eternas descripciones, estamos en la montaña jugándonos la vida
y lo que hay que transmitir es ansiedad, el paso del tiempo, las horas cuentan,
y los diálogos fulgurantes contribuyen a ello de buena manera.
Además, para ignorantes como un servidor en materia de
alpinismo, el autor hace una buena labor didáctica para aficionados que no
tienen ni idea de qué va este deporte, modo de vida o llámenlo como quieran. El
caso es que lo hace de manera sencilla, a través de los personajes que menos
experiencia tienen en el alpinismo y le ha quedado muy logrado e interesante,
hace que nos inclinemos por entrever un poco los entresijos del tema, que nos
entre un poco el gusanillo por aprender de la dureza y calamidades que hay que
soportar en la escalada de altas cotas.
Por último, la idea de la novela no es mala, el decorado, la
trama. Algunos comparan los thriller de este autor con esa gran obra del
suspense de la señora Agatha que son los Diez Negritos. Realmente no llega a
ese nivel, pero el escenario está bien diseñado, falla en el desarrollo
posterior donde se lía un tanto la manta a la cabeza, disparando a todo lo que se mueve
con el afán de despistar y mantener en vilo al lector. Pero es un libro que se
lee fácilmente y del tirón, no es muy voluminoso y en un viaje a la capital se
puede acabar perfectamente.
que rapidez.... yo me lo leí en 3 días es adictivo.... pero pierde gas de una forma alarmante.
ResponderEliminarVaya si pierde, parece la central de Chernobil
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