1.Poltergeist 06:01
2.Rain of Ruin 04:20
3.Flesh for Flies 03:36
4.The Infected 03:51
5.Blood Bath 06:34
6.Ancient Horror 03:27
7.Fragrance of Corpse 03:12
8.Curse of the Draugr 03:32
9.Sacramentum Gladiatorum 04:22
instrumental
10.Ludus Magnus 09:32
Casey Orr Bass
Harden Harrison
Drums
Mike Scaccia (R.I.P. 2012) Guitars
Bruce Corbitt Vocals
Los Rigor Mortis, qué os voy a contar? Con este hacen su
tercer album de estudio y el último, por cierto. En 2012 murió su guitarrista
de toda la vida, el gran Mike Scaccia (también ex-Ministry), un tipo que era todo sentimiento, capaz
de emocionar con las seis cuerdas, me recuerda mucho en este sentido a mi gran ídolo, uno de los dioses del heavy, Criss Oliva. Ambos tenían una técnica depurada, quizás Oliva
estaba un peldaño por encima, pero sobre todo destacaban porque eran capaces de
emocionar con su creatividad, realmente transmitían. Guitarristas que eran pura
garra y sentimiento, un concepto totalmente alejado de pajilleros del estilo
Malmsteem y similares.
Como decía, este fue y será su último disco. De hecho, salió
a la luz el año pasado, a pesar de que ya estaba listo en 2012. El
fallecimiento de Mike Scaccia y la falta de medios económicos paralizaron el
proyecto. Afortunadamente, al final ha salido al mercado, como un homenaje a
ese gran guitarrista y un regalo póstumo a todos sus fans, que no somos muchos
pero lo disfrutamos como enanos.
Rigor Mortis es, de siempre, una banda de thrash, muy técnicos,
pero con mucha fuerza y sentimiento, algo que debían especialmente a su
guitarrista, sin duda el alma del grupo. Si queréis ver de qué palo iban los
dos primeros discos de esta gran banda de thrash os recomiendo que os vayáis al
blog del Comentamierda, que mejor sitio que ése para aprender de metal: Rigor mortis (1er disco) y Rigor Mortis (2º disco)
Yo os hablaré solo de este tercer disco. Como no podía ser
de otra forma, las guitarras de Scaccia nos vuelven a poner los pelos de punta,
este señor se sigue gustando y nos sigue deleitando con mucha agresividad, pero
también con momentos de emotividad y limpieza en sus cuerdas, momentos melódicos
y momentos para soñar, realmente toda una lección de como sacarle todo el jugo a una jodida
guitarra.
El disco, en su conjunto, no tiene la agresividad de su gran
debut, aunque hay momentos en que parece que retrocedemos a 1988, como por
ejemplo en la tremenda canción que abre el disco, Poltergeist, un ataque
thrashero en toda regla, con ciertas dosis de ritmos hardcore que lejos de
auyentar al personal le dotan de un sonido de lo más extremo, el solo es de catón
y de cantar el alirón. Para mojar las bragas esta forma de empezar el disco. La
coña es que están en plan exterminador y de repente te hacen una parada y te
sacan unas guitarras limpias a lo Dan Swanö que dan ganas de llorar de
felicidad, qué grandes, que gran legado nos dejan.
Tenemos temas de thrash más clásicos, dentro de los extremo
que siempre han sido estos tipos, que se acercan un poco más a su segundo
album. Tal como Rain of ruin, Flesh for flies, Curse of the Draugr o Blood Bath, pero lo que nunca falta es el solo de guitarra de primera clase de Scaccia, a este tío le deberían hacer un monumento y, sin embargo, cuántas veces lo habéis visto en una de esas vergonzas revistas que nos venden mierda enlatada o en los medios habituales? Fuck off.
Cuando se ponen burros no hay quién les haga sombra en cuanto a agresividad, ellos hacen por momentos una mezcla entre thrash ochentero con un death metal añejo a lo Death, esto es agresividad con clase y calidad. La voz de Bruce Corbitt es pura energía, no es vocalista que busque el lucimiento, lo suyo es transmitir y lo hace como nadie.
Tenemos temas que van más hacia el heavy thrash, como The Infected, con un riff de esos que podrían firmar perfectamente el gran mago de los riffs, Mr Jeff Waters, realmente infeccioso, sin duda, aunque ya quisiera el canadiense hacer canciones como esta hoy en día. Y ahora que lo comento, Corbitt tiene un deje a lo Comeau (ex-Liege Lord, ex-Annihilator), curioso.
También hay un tema instrumental donde dejan patente toda su clase, todos y cada uno de estos señores. La ejecución de la batería es de clase magistral a lo largo de todo el disco y el bajo se escucha que da gloria sentirlo. Pero por encima de todos ellos, no me cansaré de decirlo, había un genio, de nombre Mike Scaccia.
No quiero cerrar la crítica de este gran disco sin mencionar el último tema del mismo, una muestra más de lo que eran capaces estos señores. Si hasta ese momento lo que predominaba era la agresividad, la brutalidad, con mucha técnica y mucho feeling, en este Ludus Magnus, el tema más largo del disco, nos sumergimos por completo en el mundo de las sombras, en el epic-doom, quién lo iba a decir, y lo hacen de auténtica maravilla, un tema que te hace soñar y que es pura emotividad, da pena que se acabe y sus más de 9 minutos se nos pasan volando. Pura magia.
Los Rigor Mortis se despedieron como lo que fueron siempre, un grupo del under más under, que apenas eran conocidos por Europa y que en mi opinión merecen estar entre los más grandes del thrash de todos los tiempos. Cuando escuchas composiciones como la de estos americanos te ríes de las patrañas que hacen e hicieron en su día grupos engrandecidos como Megadeth o Metallica, por citar a unos conocidos por todo el mundo. Porca miseria.
increible discazo. Brindamos por Scaccia esté dónde este. Sin duda el mejor album de thrash de los últimos años, sólo rigor mortis podría editarlo.
ResponderEliminarScaccia estará en otra dimensión, deleitando con sus composiciones a seres más afortunados que nosotros. Menos mal que se le quedaron tres discazos por aquí...
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