Por sectores, el paro subió en 2014 en la agricultura, con
12.462 desempleados más (+6,2%), y en el colectivo sin empleo anterior, donde
aumentó en 8.931 parados (+2,4%), pero bajó en el resto, principalmente en los
servicios, que perdieron 109.880 parados (-3,7%) y la construcción, con 109.583
desempleados menos (-16,8%). La industria, por su parte, registró 55.557
parados menos (-10,9%).
Hasta aquí las cifras, ahora vamos con el análisis. En este
país de montaña rusa, un día estás arriba y al siguiente en los infiernos, o
eso al menos nos quieren hacer creer algunos. Sí, ahora, a la luz de estas
nuevas cifras los peperos y todos sus amigos, que son muchos y ocupan
importantes resortes de poder en medios de comunicación y grandes
corporaciones, quieren seguir vendiéndonos la idea de que la recuperación no sólo
está en marcha sino que va viento en popa y a toda vela. Nada más lejos de la
realidad. Algunos pensarán: ya está aquí el cenizo, otros por el contrario
vemos la realidad con ojos críticos y no nos gusta un pelo que nos den gato por
liebre.
El paro ha descendido, oh sí!, en 250.000 personas en todo
el 2014, qué gran noticia! Sobre todo teniendo en cuenta que partimos de unas
cifras de desempleo históricas y teniendo en cuenta que más abajo no se podía
caer porque entonces le íbamos a servir de carnaza a Lucifer y todo su séquito. Es decir, el consabido efecto rebote, como cuando en una jornada la Bolsa de Valores pierde hasta las bragas y al día siguiente sube como un cohete realizando ganancias a partir de valores bajísimos.
Además, otro pequeño detalle es que esas son cifras de la Seguridad Social ,
las de la EPA, que siempre salen más tarde, no son tan favorables y en ellas se
recogen no sólo los que están en paro sino aquellos otros que han pasado de
apuntarse ya al Inem por desesperación o porque están hasta los cojones de que
les tomen el pelo. Así que, oh sí, es posible que haya más de 4,5 millones de
parados para nuestra desgracia.
Pero lo peor es lo que esconden esas cifras tan bonitas y
gratificantes para el gobierno y cuatro beduinos que bailan la tonadilla del
PP. Porque detrás de ese descenso del desempleo, que, vaya por delante, siempre
es bueno, nos encontramos: empleo precario, contratos temporales, que en
algunos casos rozan la infamia, y sueldos nominales en descenso, y a dios
gracias que estamos en un proceso cuasideflacionario, porque si no la sangría
monetaria podría ser todavía mayor. Teniendo en cuenta la combinación de estos
factores es normal que la economía no crezca con mayor vigor, pues la demanda
doméstica se encuentra constreñida por unos salarios congelados o en descenso,
y no de ahora sino desde hace ya cinco o seis años. Nuestro sector exterior,
desde los tiempos de Moisés, no es lo suficientemente competitivo (a pesar del descenso en el coste de los salarios) para compensar
la debilidad de la demanda interna, así que la creación de empleo se encuentra
con enormes dificultades para dar alegrías a una mayor parte de la población.
Lo penoso y enojoso de todo este tema es que mientras el
gobierno se complace por las cifras de empleo, la población sigue padeciendo el
desempleo, que sigue exisitiendo y en cantidades masivas, la precaridad del
empleo y el abaratamiento del coste salarial a costa, no de las arcas del
Estado en forma de rebaja impositiva, sino del bolsillo del pobre currante, que
trabaja lo mismo o más por menos que hace unos cuantos años. Y es que es
indudable que en España, como en otros países del sur sobre todo, el Estado del
Bienestar ya no es lo que era, cobramos menos y tenemos menos cobertura social, eso
sí, mientras grandes empresas siguen generando más beneficios que nunca. Claramente,
la reforma laboral y la intromisión del gobierno nos llevan a una involución en
el bienestar y en la calidad de vida de la mayoría de los españoles. La crisis
no sólo se cobra su precio en cifras económicas sino también en calidad de
vida, y el modelo pasado, quizás insostenible, se va quedando cada vez más en
el olvido, y se va imponiendo un nuevo sistema de miniempleo y minisueldos, de
miniderechos y reinos de taifas, los grandes son más grandes y los pequeños
somos cada vez más numerosos. Eso sí, nos queda el consuelo de que a los de siempre, PP y
PSOE, los que han alimentado todo este proceso con sus torpezas y sus cables a
los poderosos, esta historia no les va a salir gratis, esperemos, y lo van a pagar
con votos.
Hay elecciones y ya han empezado a mentir o a manipular la información.
ResponderEliminarYo también creo ( o sueño) con darles una buena patada en la puta cara. y luego que salga lo que salga Qué más podemos perder?
Un fuerte abrazo.
Sería un buen regalo de Reyes ver a esta chusma que llevan 30 años viviendo del robo y la inoperancia ocupar los escaños de la oposición.
ResponderEliminarUn.abrazo