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lunes, 9 de febrero de 2015

Aumenta la productividad del trabajo

Los expertos coinciden en señalar que la productividad española sigue tirando para arriba, al contrario que los salarios. De hecho, hasta ahora ahí radicaba la explicación de la ganancia en producitividad de la mano de obra en España. La novedad es que, según algunos expertos, podría estar dándose un paso más positivo en el comportamiento del mercado laboral, en el sentido de que la mejora de la productividad se debiese a otros factores más allá de la congelación o disminución de los salarios o de la destrucción de empleo.

En concreto, estos son las causas que los diferentes expertos señalan en apuntar como causantes de parte de la mejora de la productividad:

-Factores que podríamos determinar exógenos. Poco tienen que ver con el mercado laboral, la cualificación de la mano de obra, los tipos de contrato o la creación de puestos de trabajo. Son circunstancias tales como la depreciación del euro o la caída del precio del barril de petróleo. En definitiva, factores que evidentemente tienen una incidencia muy importante sobre nuestra economía pero que no explican ningún cambio de tendencia motu proprio en el mercado laboral y, por tanto, en este sentido son los que menos nos interesan.

-Cambios a nivel estructural de nuestra economía, no cambios motivados por factores exógenos:  están relacionados con la creación de valor añadido por una parte de la fuerza de trabajo empleada, así como con los nuevos contratos a tiempo parcial. La explicación de esa mejora en el valor añadido habría que buscarla casi a nivel microeconómico, en cada caso en particular, pero seguramente tenga bastante que ver con el primer factor señalado y con la disposición de más o mejores medios de producción en manos del trabajador, es decir, un ligero repunte en la formación bruta de capital. En cuanto a los contratos a tiempo parcial, hay que considerar que los empresarios están encantados con este tipo de contratos que permiten un mayor nivel de exigencia a sus empleados, al tener la espada de Damocles constantemente sobre sus cabezas. La parte negativa, claro, es la escasa estabilidad laboral y su efecto sobre las decisiones de consumo y ahorro de estos trabajadores a tiempo parcial. Bien es sabido que la incertidumbre es un elemento disuasorio del consumo y la inversión, como decía el cuento, cuando vienen mal dadas hay que hacer de hormiga y no de cigarra. Lo cual, a efectos macroeconómicos, no es precisamente una ayuda a la demanda interna, de la que tan necesitada está nuestra economía.

-La baja inflación. Uno de los efectos positivos de una inflación cercana a la tan temida deflación es que permite mantener los salarios bajos, incluso tan bajos como en España, donde en los últimos años no sólo se ha producido un recorte considerable en cuanto a la población ocupada sino que los ocupados han visto mermados sus ingresos por rentas del trabajo de manera considerable.


Cierto es que la economía española ha mejorado sus cifras en los últimos meses, de manera ostensible, pero como señalan  muchos expertos, los sindicatos y el propio FMI, todavía esas mejoras no se han visto trasladadas de manera importante al mercado laboral. Y esa es la gran asignatura pendiente de nuestra economía, y donde más le duele al actual gobierno.

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