Los papeles están bien adjudicados. El que está en el
gobierno se dedica a pintar la realidad de rosa, todo es positivo, todo va a
mejor y por supuesto todo se lo debemos a ellos. Si aún encima el que gobierna
se llama Mariano Rajoy, un tipo con un síndrome agudo de falta de empatía
social, se puede usted imaginar que lo más parecido a lo que le está contando
son los mundos de Yupi. Uno no sabe si es que se fuma un porro antes de entrar
en el hemiciclo, si es que tiene una imaginación portentosa (no, ésto no, un
tipo tan aburrido y gris no puede tener tal grado de imaginación) o si es que
entre todo el aquelarre de asesores juegan a la brain storming y a ver quién
dice más sandeces. Así le salen los guiones desde hace años, auténticas píldoras
para dormir y anestesiar al ciudadano poco avisado.
Luego está el cromo del PSOE, el que le toque vaya, cambian
los nombres y los apellidos pero no la prosa aburrida y sin sustancia del
señorito. Si además éste se llama Pedro Sánchez la chirigotada está servida. Un
don nadie, un caído en desgracia, que juega a ser el héroe que rescate a la
nación. Claro, ve al coletas ganando puntos en la caja tonta y se anima a
llamar a los programas y hacer sus pinitos, sin contar con que una cosa es
salir en la tele y otra lo que dices. Su mensaje también es el eterno ustedes
no hacen nada (y cierto es, los del PP no hacen más que engordar sus bolsillos
sin fondo), pero no dice “y nosotros tampoco”, aunque todo el mundo sabe que
pocas ideas tienen y si mucho ladrón de guante blanco. Mientras a este pobre
diablo lo sacan en la tele y le ponen zancadillas los de su propia casa, el
PSOE sigue buscando a un candidato con carisma y que no haya metido la mano
en la caja. Difícil lo tienen.
Y luego está la otra cara del debate. Lo que en términos
deportivos se llamaría la segunda división. Es decir, aquellos a los que nadie
presta atención y cuyo mensaje pasa totalmente desapercibido, más todavía que
el de los dos merluzos que se enzarzaron antes que ellos. Los nacionalistas, UPyD, IU, etc. Los minutos de la basura del baloncesto.
Este año hay una novedad, eso sí. Y es que hay un debate
extra oficial, si se le puede llamar así a decir cuatro palabras ante las cámaras.
Es el debate que protagonizan los que están subiendo en las encuestas pero no
tienen representación parlamentaria en estos momentos. Estarán en el próximo
debate, casi seguro, pero lo más probable es que no cambien la naturaleza
del mismo y el debate sobre el lamentable estado del país siga siendo una
comedia sin ninguna gracia, más bien de mal gusto. Es lo que nos merecemos?
Quizás. Se puede cambiar? Lo dudo. Por qué? Porque solo hay que ver la talla de
los que vienen detrás para darnos cuenta de que no, que esto no hay dios que lo
arregle.
no hay solución para los condenados, ya lo decía santa.
ResponderEliminarSi Azucena levantase la cabeza...seguramente se pondría a hacer death metal
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