Sinopsis: La autora, a lo largo de las más de ochenta
páginas de material inédito que contiene esta versión actualizada, reflexiona
sobre sus nuevas vivencias: su carrera como periodista de investigación, la
dura operación que cambió por completo su vida, y, sobre todo, su dedicación en
cuerpo y alma al deporte a través de la Fundación También, con la que ha
obtenido varias medallas a nivel mundial en esquí adaptado sin importar su
discapacidad. Contiene, además, fotografías inéditas y a todo color del archivo
personal de la autora. Saber que se puede, veinte años después es un valeroso y
esperanzador testimonio de alguien que pudo haberlo perdido todo. Un conmovedor
ejemplo de cómo podemos superar todas las barreras.
Por situar el libro en el contexto vital de la escritora,
Irene fue víctima de un atentado de la banda terrorista ETA cuando solo tenía
12 años, perdió las dos piernas. Eso no le hizo una persona infeliz, según ella
misma declara, sino que le hizo apreciar el valor de las cosas y minimizar los
problemas. Sus logros dan fe de ello, no se trata de palabras huecas.
Aprovecho el comentario de este libro para hacer una breve
reflexión sobre el tema del vampirismo sicológico, los optimistas crónicos y
todos los que están en medio de ambos extremos. Sin duda, Irene Villa estaría
en el top de la gente con mentalidad positiva. Basta leerse el libro y ver lo
que ha sido su vida, las dificultades y traumas que ha tenido que superar para
darse cuenta de que es una luchadora nata y de que su mentalidad positiva
supera cualquier tipo de obstáculos.
Ahora bien, aquí es oportuno traer a colación la consabida
pregunta de: el optimista, nace o se hace? O hecha en negativo, el vampiro
sicológico, nace o se hace? Todos sabemos lo que es un vampiro sicológico,
porque estamos rodeados de ellos y más de una vez lo hemos sufrido. Se podría
definir al vampiro sicológico como aquel
individuo capaz de absorver, con su sola presencia y actitud, la energía
material y mental de las personas que le rodean, enrareciendo el ambiente,
levantando muros y haciendo aparecer nubarrones en el horizonte. El vampiro
sicológico va más allá del pesimista o de la persona negativa, es un grado más
depurado de persona con malas vibraciones mentales. Posiblemente, en la mayoría
de los casos, ni siquiera sea consciente de su propia actitud, porque es algo
consustancial con su forma de ser. No me cabe duda de que el factor hereditario
juega un papel importante en toda esta cuestión, aunque no sé precisar en qué
grado, pero ahí está.
Quién no ha estado alguna vez con algún vampiro sicológico?
Esa persona con la que quedas para tomar un café, un simple café, por charlar
un rato y contaros cómo os trata la vida, y cuando os despedís y te vas para
casa sientes como si hubieses corrido un maratón. El vampiro sicológico ha
absorvido toda tu energía, te ha transmitido su negatividad en un tiempo récord
sin que tú hayas tenido tiempo o modo de evitarlo.
Afortunadamente, frente a los vampiros sicológicos existen
personas con mentalidad positiva que compensan las ondas negativas que nos
llegan de tantos frentes. Irene Villa es una persona excelsa en este tema, no
en vano se dedica a dar conferencias en esta materia. Cualquiera que la haya
visto, simplemente, con el contacto visual, sabe que está ante una persona
cargada de energía positiva. Los gestos dicen mucho de una persona y, por
supuesto, transmiten sensaciones, aunque no nos demos cuenta. La forma de
mirar, el gesto, la sonrisa, todo en Irene Villa transmite positividad, hace su
discurso creíble. Por supuesto, además de eso están sus palabras, su forma de
pensar, siempre en lo bueno, nunca centrándose en la negatividad. La propia
Irene declaraba que su madre, también víctima del atentado de ETA en 1991,
desbordaba energía positiva, lo que refuerza la teoría de que el ADN tiene su
parte en todo esto. De todas formas, las personas pueden cambiar, modificar sus
actitudes y caminar hacia una vida más satisfactoria para ellos mismos y para
las personas que les rodean, lo que inicia un efecto mariposa nada desdeñable y
mágico en todo caso.
Un libro que transmite muy buen rollo y que da pie a amplias
y profundas reflexiones. Se debería leer no como una novela, sino como un libro
de estudio, con pausa, tratando de imbuirnos de todo el halo positivo que desprende.
un ejemplo de superación
ResponderEliminarTotalmente, un ejemplo de cómo saber valorar lo que tenemos y cómo afrontar la vida con positivismo-
ResponderEliminar