El Bugatti Type 41, más conocido como Royale, era un coche
de esos que quitan el hipo. Con nada menos que
4.3 metros de longitud, un morro
más grande que el de Espinete, su aspecto recuerda al de una antigua carroza
diabólica, como la que usaba el conde Drácula para recoger a sus huéspedes y
conducirlos hasta el castillo.
En comparación con el Rolls-Royce Phantom, fabricado desde
2003, el Royale tiene un 20% más de longitud y pesa un 25% más (3.175 kg). Es
decir, el Royale es uno de los coches de mayor longitud en la historia del
automóvil.
Ettore Bugatti tenía inicialmente la idea de construir 52
unidades del Royale, solo para gente de la realeza y convertirlo en uno de los
automóviles más lujosos de todos los tiempos. Pero Ettore no pudo escapar a la
maldición de la economía y la Gran Depresión fustró sus planes. Al final sólo
consigió vender tres de los seis que se fabricaron.
Motor de 8 cilindros, 3 válvulas por cilindro, uno de los
más largos de la historia. Se dice que el motor estaba basado en uno de
aviación diseñado para el Ministerio del Aire francés. La caja de cambios, de tres velocidades, era
de aluminio y estaba ajustada en una localización poco habitual para reducir el
nivel de ruído, detalles que demuestran que esta obra de arte estaba pensada con todo el mimo y con la intención de ser eso precisamente, una obra de arte
que marcase un hito en la historia, como así supuso.
Las ruedas tenían un diámetro de nada menos que 610 mm y
llevaban enormes frenos operados por cable, efectivos pero que al carecer de
dirección asistida obligaban al conductor a un considerable esfuerzo físico en
la dirección. Por cierto, el volante estaba recubierto de madera de nogal.
La figura sobre el radiador, un elefante, fue diseñada por
el hermano de Ettore, Rembrandt Bugatti. Cada Royale era una pieza artesanal,
única, no existía producción en serie.
Inicialmente, ya en 1928 entraba en los planes de Ettore
Bugatti entregar, al cabo del tiempo, el primer coche al rey de España, Alfonso XIII, pero con la
proclamación de la Segunda República en 1931 dicha entrega no se llegó a
producir. Así, no fue hasta 1932 cuando el Royale por fin tuvo dueño fuera de
la casa. De los 6 construídos, sólo tres encontraron dueño externo y además
ninguno de ellos era de la realeza, como inicalmente se había previsto, incluso
la marca rechazó la venta de una unidad al rey Zog de Albania, con la curiosa excusa de que sus
formas o hábitos en la mesa estaban más allá de lo creíble… Cosas de otras tiempos.
Los 6 Royale que se fabricaron todavía existen, no así el
prototipo, que se perdió en un accidente en 1931. Todos ellos tienen un chasis
diferente y todos ellos son auténticas joyas sobre ruedas de un valor
incalculable, no en vano estamos ante uno de los vehículos más espectaculares y
fantasiosos de toda la historia del automóvil. Un adelantado a su tiempo y algo
que hoy en día ni se sueña con realizar.
un cochazo
ResponderEliminarel problema es que a mi no me cabe en la plaza de garage, se me quedaría atrancado entre columna y columna
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