“La realidad es que no estamos para grandes fiestas y
creemos que tenemos que seguir con moderación salaria (…) No estamos en
efervescencia económica, estamos saliendo de un periodo de recesión. Hagámoslo
pasito a paso” por Juan Rosell, presidente de la CEOE y expresidente ( a
dios, gracias) del Barcelona.
Pero no decía Mariano que estábamos creciendo? Qué la
recuperación está en marcha y que ya nos salen lechugas por todas las esquinas
del jardín? Parece que desde la CEOE son más cautos. Eso por un lado, pero lo
que está detrás de esto es la negociación de los convenios con los sindicatos y
no conviene inflar la vaca para que nos pidan más por ello. La patronal no
quiere ni oir hablar de vincular el crecimiento de los salarios al IPC, es de
risa lo de estos mercaderes de sueldos. Porque estamos en indices de
crecimiento de precios casi negativos y aún así estos señores se ponen el
parche, no sea que el petróleo vuelva a dispararse, que ya está subiendo otra
vez, y volvamos a encontarnos a finales de año con un IPC por encima del 1% o
incluso cercano al 2%.
La postura de la patronal está clara, hay que exprimir al
trabajador, eso no es nada nuevo. Pero hay que tener en cuenta también que es
un reflejo de la realidad económica del país. Efectivamente, hay que
reconocerle a Rosell que no todas las empresas están en una fuerte de fase de
crecimiento, especialmente las pymes. Muchas de ellas se están todavía
recuperando después de fuertes ajustes que han tenido que realizar, con
endeudamientos muy fuertes procedenetes de tiempos en los que todo lo que se
producía era oro, es decir, en los que se vendían hasta los calcetines por
separado, de uno en uno, sin mayor problema.
La patronal ve crecimiento de precios en el horizonte, los
indicios apuntan a eso. Por un lado, la caída del barril de petróleo ha tocado
fondo y ya empieza a ir para arriba de nuevo. Me hacen gracia los saltimbanquis
del gobierno y de algunos organismos internacionales, como el FMI, que nos
vendían la bajada del precio del crudo como si fuese la gran panacea para la
economía mundial (o española, en el caso de los primeros), inflando de manera
inmediata las previsiones de crecimiento. Poco les ha durado la alegría, como
era de esperar, porque a los que producen el oro negro no les interesa que eso
se mantenga por mucho tiempo, guerras entre productores aparte. Además, el euro
se ha debilitado en las últimas semanas, claramente sobrevalorado, y ha
contribuído a anular en buena medida el abaratamiento del petróleo. En toería, el
programa de compras de bonos que el BCE va a poner ya en marcha debería
contribuir a fortalecer el euro, pero en el universo de las divisas nada es
seguro. Por ejemplo, hay agencias de rating que ya hablan de que Podemos es una
mala influencia para la prima de riesgo española, qué decir entonces de los
griegos y su amor/odio por el euro?
Lo que es innegable es que hay una contradicción clara entre
los intereses de Rosell y sus representados por lo que respecta a la moderación
de los salarios y el crecimiento económico. Básicamente porque en España se ha
demostrado en estos últimos años de destrucción de empleo, que la demanda de
empleo por parte de las empresas es fuertemente inelástica respecto a la caída
de los salarios. O dicho en plata, que el tener unos salarios por los suelos no
han contribuído en gran medida a generar más empleo, sí a ser más competitivos
por la vía de la disminución de costes para el empresario, no por la ganancia
de productividad real, que es un lacra
en este país.
A nivel macro, la economía española necesita como el comer
que el consumo se fortaleza, pero a nivel micro las empresas quieren seguir
explotando a sus trabajadores a base de
salarios de economía colonial o sin cobertura social, como en la China, por
ejemplo. El problema es que la tendencia de la macroeconomía repercute en cada
uno de esos empresarios, mal que les pese, sobre todo si hablamos de pymes o
micropymes con poca salida al exterior, con dependencia vital de la demanda
interna.
Así que parece que ni todo es tan bonito ni tan fácil como
nos lo pinta Mariano, ni todos los agentes sociales viven la crisis por igual,
aunque el mencionado se empeñe en señalar que eso de las desigualdades sociales
es un invento de los antisistema para erosionar su excelsa labor al frente del
país. Despierta, Mariano.
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