Citaré los puntos clave de ese exhaustivo estudio y
comentaré algunos aspectos que me parecen relevantes en el marco de la sociedad
y los tiempos que nos ha tocado vivir. La base para que una persona tenga
confianza en sí misma está según el citado estudio en:
1. Su felicidad nace de sí mismos. Para tener confianza en
lo que haces debes estar contento contigo mismo, con quién eres y cómo eres. O
dicho en otros términos, no importa lo que la gente diga, ni eres tan bueno ni
tan malo como la gente piensa, te conoces a ti mismo, eso es lo relevante.
2. No critican. Son gente que no necesita poner a nadie por
debajo para sentirse mejor. Normalmente la gente que hace eso es la más
mediocre, la que tiene la confianza o la autoestima por los suelos. La gente
con confianza no necesita compararse con cada persona que encuentra a su paso
para saber si está por encima o por debajo de su nivel.
3. No dicen “sí” a menos que quieran. Decir “no” es
complicado y puede provocar estrés e incluso depresión, según estudio de la
Universidad de California. Parece de perogrullo pero todos sabemos lo difícil
que es cuando verdaderamente nos estamos jugando algo, no cuando nos invitan a
tomar unas cañas o un pincho de tortilla, a eso todos le decimos que sí.
4. Escuchan más que hablan. Les propongo una sencilla
prueba, reflexionen sobre la gente con la que interactúan a diario, cuántos de
ellos saben escuchar? Uno tiene a veces la sospecha de que la gente está
aquejada de algún tipo de mal, porque no para de parlotear y parece que uno se
encuentre constantemente en un debate sin moderador en el que para hablar haya
que ser el más rápido, como en el far west. La gente con confianza escucha
activamente, porque saben que de esa manera pueden aprender de otros y crecer,
se centran en la interacción más que en probar lo listos y capacitados que son,
se enriquecen con la gente que les puede aportar cosas y además disfrutan con
ello. No hay nada más aburrido que un loro que nos repite una estúpida
cantinela de la que no podemos sacar ningún provecho.
5. Hablan con certeza. La gente con seguridad habla
asertivamente porque saben que la gente no te escuchará si no estás convencido
de lo que dices.
6. Buscan pequeñas victorias. Gustan de desafiarse a sí
mismos y competir, aunque sus esfuerzos supongan sólo pequeñas victorias. Aquí
el estudio se vuelve un tanto farragoso y habla de la generación de receptores
de andrógenos y testosterona que se deriva de las victorias, pero cualquiera
que practique algún tipo de actividad deportiva sabe lo bien que sienta un
triunfo o una meta superada y la confianza y motivación que ello te da, es
innegable. Además, su efecto se deja esentir a medio plazo, no se diluye en
cuestión de días y tiende a reforzarse con nuevos logros, es un viaje sin
retorno hacia una mayor plenitud.
7. Hacen deporte. Si antes lo digo… El deporte es una fuente
de salud, no sólo física sino también mental, esto es algo más que contrastado.
No es que si hacemos deporte nuestro cuerpo lo note y nos suba la moral, eso es
demasiado superficial, el tema es mucho más profundo. Al hacer deporte de
manera habitual se generan endorfinas, y amigos, ese es el mejor combustible
para una vida sana y a tope de energía y confianza. Una persona con confianza
necesita el deporte como el comer, es algo de lo que no puede prescindir.
8. No buscan llamar la atención. Seguro que lo han visto más
de una vez, pocas cosas hay que generen peor rollo que una persona que trata de
ser el centro de atención. Generalmente, esa actitud tiene el efecto contrario,
la gente le acaba dando la espalda. La gente con confianza sabe que ser uno
mismo es más efectivo que tratar de probar lo estupendo que eres. Hay una frase
del estudio que me encanta y que resume esta cuestión: “la gente con confianza
son maestros en el arte de difuminar la atención”. Por ejemplo, cuando se les
felicita o ensalza por algún logro su actitud es la de compartir la
responsabilidad del éxito con un equipo de personas, repartir las medallas,
quitarse galones y reconocer los méritos de los otros. Y es que no necesitan
que les den cera porque su confianza nace de ellos mismos.
9. No tienen miedo a equivocarse. La gente con autoestima
sabe que de las derrotas también se aprende, por eso no tienen miedo a
equivocarse.
10. Toman decisiones. Cuando hay una oportunidad la toman,
no paran a preguntarse que podría ir mal, sino que se preguntan qué les puede
parar o por qué no pueden hacer tal o cual cosa. No tienen miedo al fracaso.
11. Ensalzan a los otros. La gente con autoestima alta no se
preocupa de su relevancia, tienen seguridad en sí mismos y esto les permite ver
lo bueno que hay fuera y el brillo que pueden aportar otras personas.
12. Por último, otro punto característico de la gente con
confianza es que no tienen reparos en pedir ayuda. Conocen sus fortalezas y sus
debilidades y saben que necesitan a otras personas para complementar aquellos
aspectos en los que son más débiles, además ello es una excelente forma de
aprender, mejorar y crecer.
La confianza es un camino que se construye poco a poco y
todos los días. Y no es un camino fácil, sobre todo cuando vemos que las
sociedades en las que vivimos ensalzan o premian, aunque sea veladamente o de
manera implícita, ciertos valores que son totalmente opuestos a las actitudes y
capacidades que he enunciado con anterioridad. Pero esto no es nada nuevo, el
mundo es así, el ser humano también.
I believe in metal! no sé si eso cuenta.
ResponderEliminarBueno, eso caería más bien en la cetegoría de fe ciega, ya sabes, pero como la confianza tampoco está al alcance de cualquiera, que le voy a contar yo al comentador que no sepa de Metaaaaaaallll
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