Las siguientes ensaimadass nos las sirvió el impresentable
del señor, por cuestión de género, que no de cabelloridad, Chaves, que ya está
declarando en los juzgados por todas las infamias y tropelías que la jueza
Alaya dice que supuestamente ha cometido el chacho éste. El tal sujeto debe
pensar que los españoles vivimos en una torrija permanente, y posiblemente
tenga razón porque de lo contrario el país debería estar en llamas desde hace
mucho tiempo, pues se descuelga con unas declaraciones ante el tribunal
aludiendo a que en todos estos años ningún parlamentario de su grupo se quejó
de que se estuviesen cometiendo ilegalidades, nadie levantó la voz... Claro,
eso es lo mismo que decir en la cueva de Alibaba y ante sus 40 ladrones que
nadie sabía que lo que se llevaban a la cueva era fruto del saqueo. Pero en
este país todo vale y cuanto más te vengas a arriba mejor, para chulo mi
pirulo, que se dice.
Otra buena ración de torrijas, éstas bien huntadas con
miel, no las sirvió la señora Rosa Díez, todavía diputada, aunque no se sabe
por cuánto tiempo, porque al paso al que va se va a quedar sin partido. Y es
que no hay más ciego que el que no quiere ver. Y esta señora se empeña en que
Ciudadanos le está haciendo la zancadilla, llevándole a su gente. Primero, no
existe ninguna ley que prohiba que alguien se cambie de equipo y segundo, que
si la gente se va será porque algo no has hecho bien o porque tu liderazgo está
a la altura del plasma de Rajoy. No asumir los errores y tratar de ponerles
solución es tan grave como negar la evidencia, si no que se lo digan al
tuercebotas de ZP, que dejó el país hecho unos zorros con su negación de la
crisis y sus políticas desastrosas.
Pero no se acaban ahí las raciones de torrijas. Otras bien
condimentadas nos las han servido personajes tan patéticos como la Cospedal con
su “si yo…haría…”, usted hace de todo menos lo que tiene que hacer, que es
cerrar el buzón e irse para casa, mejor nos iría a todos, sobre todo si se
llevase a unos cuantos compañeros de partido con usted. O las de Rato, que
mientras pedía hace años a los españoles que se apretaran el cinturón (les
suena esto?) el manducante no declaraba todos sus ingresos y riquezas añ fisco.
Otro chorizo más de esos que proclaman virtudes mientras por detrás te la
endilgan, monos vestidos de seda que nos quieren dar lecciones de moral, es
decir, mucho hijo de puta es lo que sobra en este país.
ahí les has dado.
ResponderEliminarhablan todos de todos, y cada uno tiene mucho que esconder debajo de la alfombra.
ResponderEliminarHace falta una escoba muy grande para limpiar toda esta porquería. El problema es a quién ponemos de barrendero...
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