Pues bien, la madre de los trasplantes ya está aquí, el
trasplante total, parece de ciencia ficción pero hay quien asegura que no lo es
y que en breve será una realidad. Estoy hablando del trasplante de cabeza o, si
se quiere, del trasplante de cuerpo entero. El doctor Sergio Canavero ha
desatado la polémica acerca de la posibilidad de realizar con éxito esta
compleja operación de injertar una cabeza humana en un cuerpo distinto al de
procedencia.
Como se pueden imaginar, esta aseveración no ha dejado
indiferente a nadie. Hay muchos detractores a día de hoy, pero también hay
expertos de la comunidad científica que creen que es posible en un futuro
cercano. Lo que es innegable es que para que eso sea realidad algún día es
necesario la prueba y error, es decir, es necesario gente que se preste a este
tipo de experimento científico. Y posiblemente los haya. Hablamos de gente que
se ha quedado en un estado de completa inmovilidad por ejemplo, tetrapléjicos.
Si la operación pudiera hacerse con éxito se abriría un futuro nuevo y
esperanzador para ellos.
Aunque no es solo la complejidad de la operación lo que se
discute, sino la adaptaciòn posterior. La operación de llevarse a cabo, estima
el profesor Canavero, duraría unas 36 horas e implicaría a unos 150
profesionales. El coste sería muy alto, unos 10 millones de dólares y el sujeto
pasaría unos dos meses de postoperatorio en una especie de estado de
hibernación, crionizado, sometido a bajas temeperaturas en un estado de coma
inducido.
Dicho así parece una auténtica locura. Pero pensemos en lo
que ocurría con los trasplantes de corazón, hígado, etc hace 50 años. Acaso
alguien creía que fuesen posibles entonces? Quizás tengan que pasar todavía
muchos años pero no dudo de que finalmente, cuando la tecnología lo permita,
los trasplantes de cabeza serán una realidad. La mayor dificultad estriba en la
conexión de la cabeza con la médula espinal, hay millones de conexiones
nerviosas ahí, una auténtica labor de orfebrería por desarrollar.
Hoy parece ciencia-ficción, mañana será una solución y un
alivio para muchas personas, siempre y cuando se rebaje el coste de la
intervención. Aunque no se quedará ahí la cosa, como la ética también va unida
a este tipo de cuestiones, quizás haya quien quiera trasladar su cabeza a un
cuerpo perfecto, solo por mejorar estéticamente o para ser un campeón
olímpico... Y ya soñando, por qué no diseñar cuerpos a medida e injertar
nuestra cabeza en el cuerpo deseado, diseñado en nuestro ordenador previamente,
a nuestro antojo? Quizás algún día, cambiar de cuerpo sea tan fácil como
cambiar de chaqueta. Cousas veredes, amigo Sancho.
Aquí os dejo un vídeo donde el ínclito neurocientífico Sergio Canavero expone sus ideas, el tipo será un genio de la ciencia, pero como showman no se va a ganar la vida. Dejando ese tema aparte, merece la pena escuchar su discurso.
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