Ahora bien, la indignación, como todo, llega un momento en
que se acaba y uno espera que en su lugar vengan resultados, acciones, no solo
propuestas, que se traduzcan en medidas concretas y que supongan un cambio en
la ponzoñosa escena política española. Pues ese momento ha llegado cuando era
previsible que llegase, cuando estos partidos populistas de nuevo cuño y listas recién sacadas del horno tienen que mojarse en
la escena política. El día después de las elecciones, cuando hay que empezar a
poner en práctica todo aquello que llevas predicando desde hace tiempo y que te
ha encumbrado a un lugar de prominencia en la arena política del país.
Ahora en Andalucía y dentro de poco en Madrid, los
ciudadanos tendrán oportunidad de ver si esta gente de Podemos y Ciudadanos son
unos trileros igual que todos los demás o por el contrario se mantienen firmes
en sus ideas de campaña. Uno puede estar o no de acuerdo con esas ideas de
programa electoral, económicas y no económicas, pero ese es otro tema. Aquí me
refiero a una cuestión más bien de principios y actitudes, a poner los palos
debajo de las ruedas para que el vehículo no quede enfangado, como les pasa a
las otras formaciones.
Pero antes de ver lo que efectivamente va a pasar en cuestión de
días, ya tenemos ciertas pistas que hacen encender las alarmas en las dos formaciones,
y que a los peperos (y seguro que los sociatas también) se la pone morcillona
y les hace recuperar un poco la fe en una gaviota que cae en picado. Hablamos
de disensiones y tensiones internas que saltan a la luz y a los medios, esos
que tanto gusta de controlar el PP de Catalá. El ejemplo más sonado es la
espantada, con fuego a discreción, del señor Monedero, defraudado y resentido
por el mundo de la política, un renegado ahora para el coletas donde antes veía
un camarada. Seguro que hay otros que piensan, como él, muchos otros, que el
mundo de la política apesta, una auténtica cloaca, pero el dulzón olor del
dinero lo puede tapar y ahí siguen como las moscas en la mierda.
Realmente, no echaré de menos a Monedero y sus cantos de sirena bolivarianos, pues no nos ha
dado motivos para ello, más al contrario, siempre ha dado más pruebas de
pertenecer a la casta que de luchar contra ella. Pero sí que es cierto que sus
declaraciones abandonando el nido de ratas son lo más interesante que ha salido
por boca de este señor, quizá porque haya sido una de las pocas veces que ha
hablado con el corazón y no con la cartera, como hacen todos y todo el rato.
Señores de Podemos y señores de Ciudadanos, ahora es el
momento de quitarse la careta, mal que les pese. Seguro que preferirían no
tener que mojarse el culo antes de septiembre y llevarse el premio mayor pero,
oh porca miseria!, el calendario electoral es como es y ahora les toca mostrar las cartas. Taquígrafos y notarios para dar cuenta de ello van a sobrar, lo que no
es tan probable es que les sobren votos en las elecciones generales.
si ciudadanos y podemos se quitan la careta, más de uno se caga del miedo. Para mi son puro humo, yo no pico, viva la anarquia
ResponderEliminarSiempre fuiste un revolucionario, jugando en tu propia liga.
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