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lunes, 4 de mayo de 2015

Kamelot - haven (2015)


1.Fallen Star    
2.Insomnia       
3.Citizen Zero      
4.Veil of Elysium 
5.Under Grey Skies 
6.My Therapy  
7.Ecclesia    
8.End of Innocence   
9.Beautiful Apocalypse   
10.Liar Liar (Wasteland Monarchy) 
11.Here's to the Fall   
12.Revolution   
13.Haven     
  
Oliver Palotai - Keyboards
Casey Grillo  -  Drums
Thomas Youngblood -  Guitars
Sean Tibbetts - Bass
Tommy Karevik - Vocals

Aquí tenemos un grupo de esos que pueden rivalizar con los Guardianes Rosas (conocidos en su casa como Blind Guardian) en presentar en 2015 uno de los discos más patéticos del año, ah y no menospreciemos en este duelo de patanes a la bujarrada que nos ha dejado recientemente Kiske y su ilustre compañera de reparto. Dura competencia la que hay establecida entre estos farsantes del metal, pero ya llegará el momento de otorgar el premio al más cafre, ahora centrémenos en este simulacro de disco que nos presentan los seudometaleros de Kamelot.

Kamelot tuvo en su día la suerte de contar con un vocalista de altura como el señor Khan, lo que no quita para que sus discos perdiesen igualmente aceite por todos lados. Porque no nos engañemos, estos Kamelot siempre han sido unos posers de arte mayor, así que lo sorprendente sería que ahora nos presentasen un disco de tronío, poderoso, de esos que te herizan el cabello. Ya os digo desde ahora que nada de éso va a suceder, todo lo contrario, se cumplen los baticinios y lo que tenemos entre manos es un auténtico truño de dimensiones colosales.

Desde los primeros acordes de Fallen Star te das cuenta del nivel al que se mueven estos tipos dentro del metal. Es necesario acuñar una nueva etiqueta para estos pájaros, popmetal sería lo más evidente, pero por ser un poco orginales lo podríamos clasificar como plastic-metal. Sí, porque todo en este disco huele a artificial, a engañifa, a pestiño prefabricado que apesta.

La batería. Oh señores! Qué contentos estarían los señores de Ariel de poder rodar un spot publicitario con estos tipos, y es que la batería no puede sonar más hueca y más antinatural, cual bombo de detergente. Amén de que la labor a nivel técnico del señor Grillo es más que sonrojante. La batería marca la pauta de estas popadas que durante casi una hora pretenden que nos traguemos estos advenedizos, ritmos en su mayoría al galope, las típicas powermermeladas donde predomina el bombo y que te solían poner hace unos años en el McDonald’s para que acabases antes tu comida y dejases sitio al siguiente cliente. Ahora eso ya no sucede, porque la comida basura de la cadena americana tiene cada vez menos clientes y por tanto lo que pretenden es que los que acuden estén el mayor tiempo posible en el local, para así poder consumir más. Así que los Kamelot ya no sonarán en el McDonald’s, pero seguro que hay garitos de posers de sobra por la geografía mundial donde pincharán este subproducto musical. Después de esta breve disertación económica, mucho más interesante que el contenido del disco de estos chachos, sigo triturando este residuo musical.

Teclados (dejo al vocalista, por llamarle algo, para la traca final, para recrearme con su “excelsa” labor). Los teclados son rollo Stratovarius, es decir, de pachanga de pueblo, pero con la diferencia de que aquí no hay tantos solos, o no tan extensos, para el lucimiento del tecleador, a diferencia de lo que hacían los pesados de los finlandeses, o al menos el tipo no se gusta tanto. Son meramente de ambientación, y consiguen su función, que no es otra que la de dotar de un sonido comercial al disco, acompañando perfectamente la desastrosa labor de esa batería cuasiprogramada.

Bajo. Quizás sea el sujeto al que menos se le pueda criticar, y no precisamente porque desempeñe una excelsa labor, sino porque a no ser que tengas el oído de un Haski Siberiano no te enterarás de su presencia la mayor parte del tiempo.

Las guitarras. Sí señores, las guitarras son, en el 99% de los casos, el elemento clave en un grupo de metal, con el vocalista quizás, sobre todo si hablamos de grupos del montón, como el caso que nos ocupa, porque si hablamos de grupos de verdad un buen batería te puede hacer una labor impagable, para muestra píllesen ustedes ese enorme disco de los Manilla Road que se llama The Blessed Curse, recién scado de las cavernas de Wichita. Las comparaciones son odiosas, es cierto, sobre todo cuando tú, Kamelot, haces mierda, y te comparan con los dioses. Las guitarras son de Eurovisión, ese es el resumen que mejor se puede hacer de su patética labor. Tienen ese sonido pestilente de lo facilón, de lo comercial, de los riffs buscados para encajar una melodía y ponérselo fácil al cortícola del vocalista. Riffs del montón y de plasticmetal, solos de cronómetro y hechos según el barómetro de la MTV, decididamente una labor digna de auténticos posers.

El vocalista. Aquí tenemos a la última pieza de este desastroso puzzle. A ver, yo entiendo que la sombra de Khan sea muy alargada, especialmente cuando es un tipo que venía de estar en Conception, con una estela musical que estos de Kamelot no olerán en su puñetera vida. Entiendo eso, lo que no comparto, aunque si entiendo, es que quieran buscarle un clon. Esto deja bien a las claras, por si hay alguien que no se haya dado cuenta, dónde residía el tirón de este grupo de fanfarria. Premio! Si a este vocalista le pusiesen unos hilos en los brazos y una careta de Khan, sería la marioneta perfeta. Enhorabuena al tipo por su falta de personalidad y a la banda en general por su escasa valentía a la hora de explorar nuevos caminos. Pero lo entiendo, si quieres vivir de esto y no tienes calidad para otra cosa te aferras a lo que tiene más éxito, es de pura lógica.

No voy a desmenuzar los temas, porque además de que se parecen como gotas de agua, ya sean rápidos o cortes lentos (casi peor, soporíferos), sería aburrir a las ovejas, y además no me apetece, ya bastante he hecho con escucharme este truñaco. Pero sí diré que la composición, como no podía ser de otra forma, está acorde con el desempeño instrumental de estos colegas. Claro, si cada uno por separado es un horror, lo difícil sería que al juntarlos saliese una perfecta sinfonía. No hay milagros en esto de la música, o haces calidad o se te ven las costuras. Estos van a lo fácil, a lo comercial, al pestiño. Perfecto, seguro que tienen su público que los esperará como agua de mayo, pero a los que exigimos material de alto octanaje estos temas nos resultarán tan pueriles, tan básicos, que no podremos seguir escuchando por mucho tiempo. En fin, estructuras musicales previsibles, con sus coros, sus subidas de tono, su batería a piñón fijo, sus teclados rayando y el píldorazo del anémico solo de guitarra que entra con precisión astrológica en cada tema. De coña.

Puntuación: -1/10

7 comentarios:

  1. joder, pues si que te curraste la reseña, un menos 1.... bufffff, menudo truño huele que apesta.

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    1. No tenía en mente extenderme tanto, pero me fui calentando a medida que escuchaba este bodrio. Armate de paciencia si lo vas a reseñar.

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  2. Aguanta, vpower, que ya queda menos para IRONSWORD!

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    1. Yo voy haciendo marcas en el cabecero de la cama, cual reo esperando el día D. Ya casi está ahí!

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  3. Nunca pude tragarme un disco entero de kamelot. Demasiado edulcorado para mi gusto.

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    1. Deberían dispensarlos en las tiendas de chuches, al lado del regaliz.

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  4. Cuidao con las faltas de ortografía...

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