Si no fuese porque el tema es muy serio, y muy triste, sería
para reirse a mandíbula batiente de las polleces que suelta esta señora. Cuando
digo tema, claro, me refiero al nivel de la política y de los políticos en
España. Y es que la frase se la trae. Y hablando de traer, se las llevará
puestas de casa , ya preocinadas, o las suelta según se le ocurren, con una
capacidad innata para la improvisación y el esperpento? He ahí un tema que bien
podría dar para un capítulo entero de Cuarto Milenio.
Vamos con la primera parte de la bobada. “Se está forzando a
la gente...”. Telita. Vale, la democracia en España es un churro, la comparamos
con la de los primeros países del mundo, EEUU, Francia, Suecia, Reino Unido,
etc y se nos cae la cara de vergüenza. Este es el paraíso de los déspotas y un
extraordinario caudo de cultivo para mangantes, trepas y corruptos, es decir,
políticos. Ahora bien, de ahí a que a la gente se le obligue a darse de alta
como autónomos... La serie de Kunta Kinta, o como centellas se llamase, tuvo
mucho éxito en su día, pero ya no se lleva en España.
“Una especie de autoexplotador de sí mismo”. Supongo que
muchos de los autónomos de este país estarán que fuman en pipa con la tontería
de esta señora. Básicamente, porque han decidido trabajar como autónomos por
una serie de circunstancias que les reportan un beneficio, en la mayoría de los
casos. Cosas tales como un horario más flexible, no tener que soportar al mierdas
del jefe, aplicar sus conocimientos en el área profesional que más le atrae, no
mendigar un sueldo de mileurista (con suerte), diseñar su propia estrategia de
negocio, etc. Cosas bastante razonables y bastante reales, tangibles, no como
las dispersiones mentales de esta pasea-tertulias.
Esta soplapollez, que bien puede ser considerada como la
memez más grande de la semana, nos lleva al origen del problema de los políticos:
estas gentes que no tienen reparos en decir cualquier sandez y que se creen
libres para escapar de la justicia impunemente (o de la policía municipal, que
hay de todo), no han puesto un pie en una oficina del Inem en su puñetera vida.
Han llevado una vida de tertulias, plenos y cafés interminables, debatiendo de
lo divino y de lo humano, sin censura moral ni ética, ni autocrítica, haciéndose
pajas mentales con el mapa electoral y las encuestas del periódico de turno. Es
decir, seres humanos que están fuera del contexto social, de la realidad del día
a día. Por ende, es imposible que crápulas de este calibre gobiernen sabiamente
y para el pueblo, por mucho que se empeñen tipos como el señor Rajoy, otro que
vive en su mundo paralelo de espejos y plasmas, en decir que trabajan para el
pueblo y conocen la realidad. Los cojones! Una buena temporada en galeras no
les vendría mal a toda esta gentuza para poner los pies en el suelo y darse
cuenta de lo que está pasando la gente.
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