3ª etapa del Tour

Hace tiempo que en las grandes vueltas por etapas no se dan jornadas de auténtico relax, de esas en las que no se decide nada, porque hay muchos intereses, de muchos equipos y corredores. Si además las circunstancias del día favorecen ese afán competitivo se puede montar la mundial, como ocurrió ayer. Sobre el papel era una etapa llana y corta, pero la previsión meteorológica hablaba de fuerte viento y lluvia, la salsa perfecta para que la jornada pudiese dar muchos sustos, y vaya si los dio.

Contador estuvo atento a los abanicos y los cortes, siempre situado en los primeros puestos y con su equipo dispuesto a solucionar cualquier eventualidad. Contador puede que esté sólo, casi seguro, en las etapas de alta montaña, pero si su equipo rinde en algún terreno es precisamente en estas etapas de terreno “normal” donde hay que tener al líder bien arropado y protegido. Era cuestión de suerte que en algún momento se quedase alguno de los cuatro magníficos cortado. Primero fue el colombiano Nairo y después el vigente campeón del tour.  Al final les cayó minuto y medio en la línea de meta, pero podría haber sido más si el italiano no se hubiese quedado descolgado y no hubiese unido fuerzas con el Movistar para tratar de rebajar la diferencia.  Aún así el botín para Contador y From fue muy jugoso, tanto por lo inesperado como por la cuantía del mismo. Cuando la competencia es tan fuerte, un minuto y medio es un mundo y puede marcar la diferencia entre estar en el podio o no.

Por lo demás, la etapa fue dantesca, con múltiples caídas, pinchazos, cortes en el pelotón… Una auténtica batalla campal que se vió favorecida por una carretera por momentos muy estrecha y repleta de isletas y rotondas que dificultaban la marcha agrupada del pelotón. Lo que demuestra una vez más, que independientemente de lo escarpado del terreno lo que hace dura una carrera es el ánimo competitivo de los corredores.

Y ojo a la etapa de hoy que transcurre por territorio belga. No es muy larga, 160kms, pero es de terreno escarpado, con cinco pequeños puertos de montaña, ideal para que se desencadene la batalla. Y quizás gente como Quitana quiera volver a poner las cosas un poco en su sitio, aunque sólo sea desde el punto de vista moral, para decir que esto no ha hecho más que comenzar y que todavía hay mucha guerra que librar. Tiene pinta de ser una etapa con chicha, aunque lo probable es que acabe en sprint.