Disc 1
1.If Eternity Should Fail
08:28
2.Speed of Light 05:01
3.The Great Unknown 06:37
4.The Red and the Black 13:33
5.When the River Runs Deep 05:52
6.The Book of Souls 10:27
Disc 2
1.Death or Glory 05:13
2.Shadows of the Valley 07:32
3.Tears of a Clown 04:59
4.The Man of Sorrows 06:28
5.Empire of the Clouds 18:01
Bruce Dickinson - Vocals, Piano (track 11)
Steve Harris - Bass, Keyboards
Dave Murray - Guitars
Adrian Smith - Guitars
Janick Gers - Guitars
Nicko McBrain - Drums
Después del ladrillazo del último disco con el que nos
obsequiaron los ingleses no era muy difíil mejorar la cosa y ciertamente la
mejoran, aunque el disco sigue siendo disfrutable sólo para los fans acérrimos
de la banda. Cuesta terminarlo, son 90 minutos más o menos, y cuesta todavía
más repetir escucha del mismo, hay discos que ganan con las escuchas, los de
Iron Maiden, desde hace ya muchos años, me aburren cada vez más a cada escucha
que les voy dando.
El disco se inicia con If
Eternity Should Fail, un medio tiempo al estilo de los del grupo en los
último años, con riffeo melódico y soporífero y con la reiteración hasta la
saciedad del estribillo, algo realmente desesperante. Lo mejor del tema es el
inicio con una instrumentación de perfil étnico, pero en cuanto se produce el
cambio de ritmo caemos en el sopor más absoluto.
Speed of Light es
el tema de adelanto con el que nos promocionaron el disco. Lo peor del mismo es
el tono de voz exageradamente agudo en el que se mueve Bruce durante todo el
tema, una auténtica tortura para el tímpano. Por lo menos el tema tiene más
ritmo que el anterior, pero no es un tema brillante y los punteos no emocionan.
The Great Unknown.
Seguimos instalados en los mismos ritmos a medio tiempo, la misma voz aguda,
los mismos riffs de los últimos años, parece que hayamos escuchado este tema un
millón de veces desde la vuelta de Dickinson al grupo. El solo es sin duda lo
mejor y el mejor en lo que va de disco.
The Red and the Black.
Otra prueba de fuego con un tema de 13 minutos. El tema empieza muy lento, a
golpe de bajo, luego con el cambio de ritmo pilla una onda muy “Brave new
world”, con un buen riff, pero pecan en lo de siempre, la repetición de
esquemas y el alargar los temas excesivamente.
When the River Runs
Deep tiene unos aires más progresivos y además es más corto que el anterir,
lo cual ya supone un respiro. Además es un tema con muchas variaciones en el
ritmo y se hace entretenido, sin duda, uno de los mejores cortes del disco.
El subidón nos va a durar bien poco, porque con The Book of Souls volvemos a los ritmos
plomizos, uno de esos temas que se hacen eternos, que suena mucho al “Dance of
Death”, es decir, vueltas y vueltas sobre el mismo punto como una noria, ni
siquiera el cambio de ritmo consigue espabilarme un poco.
Death or Glory
comienza con un riff que promete sensaciones fuertes, a mi me suena bastante al
Piece of Mind, aunque quizás sean más las ganas que otra cosa…
Desafortunadamente, cuando Bruce entra a cantar se rompe toda la magia, con esa
voz chillona que le sale. Lo tengo que decir ya, para mi Dickinson es el gran
punto negativo de este album, quizás también de los anteriores, pero en este su
labor resulta mucho más desquiciante y además consigue encasillar al grupo
siempre en el mismo tipo de tema. Este Death
or Glory tiene un muy buen riff y un ritmo muy divertido, pero la labor
vocal se lo carga completamente.
La historia se repite con Shadows of the Valley, que arranca con un riff muy a lo Somewhere
in time, pero el buen feeling dura menos que un caramelo a la puerta de un
colegio, con el cambio de ritmo volvemos a los riffs pesados y repetitivos de
siempre y venga a dar vueltas como una peonza, repitiendo esquemas.
Tears of a Clown
es el tema que más me ha gustado y creo que el que suena más fresco. Es un tema
de aires progresivos, muy ameno, y con unos solos con rollo bluesero que le
quedan muy bien. El que no cambia es Dickinson, este sigue a lo suyo, si le
metieses un tema hiphop te lo cantaría igual…, es desesperante.
The Man of Sorrows
se inicia con un excelente punteo, pero al entrar la voz de Bruce volvemos a
los mismos ritmos, parece que fuese un proceso automático. Cuando deja de
cantar las guitarras cobran vida y se marcan una sucesión de solos limpios y
melódicos muy bien ejecutados. Es un tema con rollo hard rockero e
instrumentalmente creo que es el tema más novedoso y más inspirado.
Cierra el disco ese pedazo de ladrillo musical de 18 minutos
que es Empire of the Clouds. Se
puede resumir en que el tema tiene de todo menos feeling, es realmente
infumable y menos mal que lo han puesto al final, así le puedes dar al stop y a
otra cosa. El tema tiene pianos al principio y al final, bastante insulsos,
también tiene aires progresivos e incluso diría que partes sinfónicas, pero
todo suena muy artificial y sin gancho, es una sucesión de sonidos que no acaba
de atrapar.
En definitiva, un disco que mejora el anterior pero que
confirma que los Maiden siguen en horas bajas, como lo llevan estando desde
hace 15 o más años. Hay bandas que saben evolucionar en su sonido, los Maiden
parece que lo intentan pero sólo consiguen introducir variaciones en un esquema
rígido y sin alicientes, basado en la repetición de riffs y en ritmos siempre
lentos o medios tiempos que acaban resultando desalentadores. Perdieron la
chispa hace mucho tiempo y no creo que la vuelvan a encontrar, por desgracia.
Así, el disco se acaba haciendo insufriblemente largo y con escasos destellos
de emoción.
Puntuación: 5/10
eres muy generoso vpower, yo odio la caridad.
ResponderEliminarJajajajaja es que tenía en mente el final frontiers y ese truñaco hace que un disco de Locomia parezca una bombazo del glam metal de los 80
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