1. Unstoppable Drunks (Intro)
2. Thirsty Days... Never Again
3. A Lesson Of Thrash
4. Savage Fall
5. Wish You Were A Beer
6. Suicide Nightmares
7. Black Metal (Venom cover)
8. Full Of Hate
9. Ritual
10. Beer Night
Elías Mora - Guitar
Ricky Acosta: guitarras
César Cuevas: bajo, cantante
Blas Cárdenas: batería
Mastermind son de
Paraguay, thrash speed metal poderoso, old school. El grupo se creó en 2008 y
ahora nos presentan su segundo disco. Se trata de 10 canciones que no dejan
lugar al aburrimiento, temas directos, de hecho el disco se pasa en un visto y no
visto, una media hora.
Tras la intro empezamos a toda mecha con Thirsty Days,
thrash a medio tiempo, corto e intenso, con coros apoteósicos y un ambiente crossover innegable. A lesson
of thrash tiene un título que habla por sí mismo, también nos da algo de Speed
Metal pero sobre todo lleva Thrash en vena. Ritmos y riffs endiablados, pero
también con unas guitarras bastante oscuras que harán las delicias de los
amantes de bandas como los Sodom o los Kreator de los viejos tiempos. Cambios
de ritmo y blast beats, tema trepidante.
Con Savage Fall ehcan el resto en cuanto a duración del tema
y eso se nota en el ritmo del mismo, que no arranca a degüello, sino poco a
poco, ganando velocidad como un tren imparable. Riffs de la vieja guardia,
Exodus, Nuclear Assault… También meten un solo a mediados del tema para coronar
la composición.
Wish You Were A Bee es el tema para soltarse la melena y
darse a la fiesta, un tema en onda Tankard. Tampoco se puede negar que la banda
tiene un cierto sonido Metallica, ahí está Suicide Nightmares para
atestiguarlo, que empieza muy calmado y luego se desata, entregándonos
posiblemente los mejores solos de todo el disco y unos riffs de headbanging sin
piedad.
El buen gusto de estos paraguayos queda retratado cuando
hacen una canto a los dioses, versionando el Black Metal de los Venom. Luego
viene Full of Hate, donde demuestran toda su habilidad, haciendo
fácil lo difícil, que en mi opinión es transmitir sensaciones. Puedes ser el
tipo más técnico del mundo tocando la guitarra pero dejar más frío al personal
que una ameba y eso de qué te vale.
Ritual nos devuelve un poco la oscuridad que ya habíamos
experimentado en temas anteriores, pero sin perder la intensidad del Thrash de
toda la vida. Y el disco acaba con otro party metal como es Night Beer. Un
grupo con influencias de los grandes, lo hace bien, lo hacen divertido, qué más
quieres?
Puntuación: 7/10
menudo material de culto que te traes entre manos
ResponderEliminarPico y pala y así salen las cosas a la luz
ResponderEliminar