1.R.A.M. (Random Access Memory)
2.Enter the Asylum
3.Mind Games
4.The Summoning
5.Break the Skin
6.Darkness Falling
7.Too Deep
8.Empty Room
9.Night Stalker
10.Seasons of Decay
11.Lament
12.Phoenix
Adam Wotherspoon - Bass
Wayne Campbell - Drums
Anthony Fox - Guitars (lead)
Genevieve Rodda - Vocals (lead)
Anthony Hoffman - Guitars (lead), Vocals
Estos Temtris son una banda australiana con unos cuantos
años ya en la escena. Formados en 1999, entonces bajo el nombre de Labyrinth,
posteriormente cambiarían el nombre del grupo al actual Temtris. Supongo que
por aquí no los conocerá ni el tato, pero que más da, para eso estamos los
metalbrothers, para dar a conocer a tantas y tantas bandas de calidad como hay
en el under. Y a fe que estos Temtris atesoran calidad, potencia y niveles de
adictividad disparados en este nuevo disco. Es de esos grupos que te capturan
desde la primera escucha y hacen que te preguntes qué coño está pasando en el
mundo del Metal, cómo es posible que bandas de este nivel no gocen de más
popularidad. El business está así montado, pero vamos con la chicha del disco.
Como os decía, con Temtris no hay lugar para experimentos,
van a degüello desde el principio y con un perfil muy claro: heavy metal puro y
duro, potente y de calidad. Arrancamos calentando motores con la intro del
disco, R.A.M., con una ambientación
y un halo de misterio que recuerda a lo Savatage, pero ahí se acaban las
similitudes, lo que viene a continuación va en otra onda. Enter the Asylum empieza de manera aplastante, con un primer riff
devastador, doblado luego por la segunda guitarra. Es un medio tiempo heavy de
acordes muy pegadizos y con una vocalista femenina a la altura de las
circunstancias. Genevieve Rodda me recuerda por momentos a la diosa Leather
Leone, tiene una voz un tanto rasgada y mucha potencia, y no rehuye un buen
agudo cuando hay que meterlo. Primer solo que entra como un cuchillo, seguido
de riffs melódicos a lo Maiden y cuando piensas que está toda la cena servida
te asestan un segundo punteo de caerse de espaldas. El inicio no puede ser más
contundente.
Mind Games nos deja
claro que estos australianos apuestan por un heavy clásico, pero con mucha
pegada y que suena muy fresco. Muy importante la variedad en los riffs que le
da mucha riqueza a sus temas. La base rítmica está en su punto y tiene una
producción perfecta, hay que darle la enhorabuena a estos Temtris por el buen
gusto que demuestran a cada momento. Y para poner la guinda del pastel tenemos
siempre el momento del solo, el de este corte es realmente para sacar pecho.
The Summoning se
inicia con unos teclados eclesiásticos y luego se desencadena la tormenta heavy
power a lo Metal Church. Riffs machacones y tiempos con continuos cambios,
hacen fácil lo difícil y llegamos al solo casi sin darnos cuenta, punto final
con un excelente cambio de ritmo y guitarras dobladas. Break the Skin se inicia con un aire oriental y aires progresivos,
algo con continuidad a lo largo de todo el tema, muy rico en matices, con
paradas y una ambientación perfecta.
Estamos ante un disco que es un auténtico trallazo de
principio a fin, no flojean en ningún momento. Darkness Falling es un tema muy rápido, tendente hacia el speed
thrash, incluso meten voces semiguturales y nunca falta una buena parte
ambiental. El solo a lo bay area encaja perfectamente en el tema. De nuevo nos
demuestran que son unos 4x4.
Too Deep se
inicia con sirenas de guerra y redoble de caja, es un tema instrumental poderoso,
atronador y adicitvo, lo que se dice un himno. Empty Room tiene unas guitarras diabólicas de arrancada, a lo
Helstar, Metal Church, destilando un power usa de primera calidad. Es un medio
tiempo de riffs oscuros y paradas melancólicas. Rodda sigue con un desempeño
vocal del alto nivel, no se hace la protagonista pero suma y de qué manera. El tema
concluye apretando el acelerador como al principio.
Night Stalker es
otro medio tiempo, con los riffs comandando el tema y un excelente solo, mientras
que Seasons of Decay nos deja otra
buena ración de riffs, en este caso unas guitarras muy a lo Chastain, Warlord,
heavy clásico y poderoso. Tremenda la inspiración en los solos, con Rodda
acompañando en todo momento.
Nos acercamos al final de este tremendo disco con Lament, que es el último palo que les
faltaba por tocar, una balada muy emotiva y con un solo lento y melódico, en la
más pura tradición heavy ochentera. Y rematamos con Phoenix que empieza con uno de los mejores riffs del disco en clave
power y sobre un acorde con disttorsión. Otro de los puntos fuertes de este
grupo es que no te hacen dos temas iguales, con lo que el disco fluye con una
celeridad pasmosa, aunque su estilo está muy definido. A grito de “resist or
die” se cierra el que en mi humilde opinión será uno de los discos heavys del
año. Un grupo que hay que tener muy en cuenta, pues combina gran ejecución con
energía estratosférica y temas con mucho gancho. Una apuesta segura.
Puntuación: 9/10
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