1.Chronicles of the dead
2.It Burns at both ends
3.I am among you
4.Drowning, fading, falling
5.At the edge of the world
6.Last breath taken
7.Maniacal
8.Alliance of thieves
9.Death of an anthem
Jon Dette-Drums
Dean Wells-Lead Guitar/Backing vocals
Danny Camilleri-Guitar/Vocals
Nick Walker-Bass
Aquí tenemos el debut de esta banda americana que se mueve básicamente
en el terreno del thrash, aunque también tiene una orientación hacia un heavy
potente. Como máximo exponente de entre sus miembros destaca la presencia de Jon
Dette a la batería, que ha tocado con Slayer y Testament.
Arranca el disco con Chronicles
of the dead, un tema thrasher a lo bay area, de ritmo endiablado y riffs
poderosos, que destaca sobre todo por su energía, más que por su originalidad. It Burns at both ends se inicia con
unas guitarras de tintes étnicos y acústicas creando ambiente, luego se produce
el esperado cambio de ritmo y nos metemos de nuevo en la dinámica de unos
Testamente, Exodus o Forbidden, pero enriquecen el tema con una segunda parte
que tira más hacia un heavy speed, con buenos solos, un tema de lo más
completo.
I am among you
tiene un inicio muy a lo Death Angel de los 80., de riffs machacones y dominado
por una batería potente que a veces hace incursiones en ritmos metalcore. Lo bueno
de estos Meshiaak es que aunque no inventan realmente nada y su base es thrash
siempre meten variaciones en los temas que van hacia otros estilos y los hacen
mucho más divertidos. La paradita para introducir un solo estupendo solo,
limpio y melódico, es la guinda a otro buen tema.
Drowning, fading,
falling se inicia con un riff heavy speed que hace que el álbum vaya
ganando enteros al no centrarse solo en el thrash, aunque nunca abandonan el
sonido bay area del todo. El vocalista también se amolda bien a todos estos
giros, con una voz potente y versátil, pero está claro que quien dirige el
cotarro es el batería y el señor de la guitarra. Un tema donde lo más destacado
es el contraste entre las acelaciones y la melodía guitarrera.
Ya en el ecuador del álbum, At the edge of the world es una semibalada donde bajan el pistón y
meten acústicas en lo que parece un tema de transición sin demasiada historia,
hasta que hacia el minuto 3 meten un potente arreón y el final consabido con
solo limpio. Last breath taken nos
devuelve al sonido bay area crudo, pero con apuntes metalcore y power usa. Una de
las constantes es el solo siempre limpio y con mucho feeling. El disco se
escucha muy fácilmente, una buena colección de temas con mucha pegada y que van
ganando con las escuchas.
Maniacal es un
tema con una base rítmica brutal, a cañón, con algunas ralentizaciones para
volver a arrancar con furia. El solo a lo Testament entra como un cuchillo,
luego parada y otro solo, un tema rompedor, de esos que en directo arrasan.
Alliance of thieves
es uno de los temas más estándar, con riffs y tiempos muy propios del thrash
americano de finales de los 80, mientras que Death of an anthem cierra el disco con mucho más sabor, un corte más
heavy, con buena ambientación y un solo estupendo después del cambio de ritmo,
con una segunda parte del tema más atmosférica y culminada por otro solo, lo
menos acertado las voces excesivamente comerciales y blandas.
En defenitiva, tenemos a una banda de poderoso sonido, con composiciones
que mezclan estilo clasico con otros más modernos, pero siempre con calidad
instrumental y un buen nivel de adictividad, una banda que tiene toda la pinta
de ser una apisonadora en directo.
Puntuación: 8/10
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