1All the
right moves
2.Down
3.Medicine
man
4.Falling
again
5.Just one
question
6.Against
the grain
7.That’s
not me
8.Try
9.Spin the
bottle
10.Sun’s
gonna shine
9.No matter
what the cost
Aaron
Keylock – guitar, vocals
Aaron es un joven guitarrista inglés de 18 años al que la
prensa inglesa ha ensalzado por su gusto y técnica. Este es su primer disco,
donde como iremos viendo nos deja un puñado de canciones de sonido bastante clásico,
que se mueven básicamente entre el rock y el blues, donde se notan las
influencias de las grandes bandas del pasado. El disco lo ha grabado en Los
Angeles con Fabrizio Grossi, que ha trabajado con grandes como Slash, o Zakk
Wylde
All the right moves
inicia el disco a ritmo de rock, ritmos sencillos y relajados, con un enfoque
bastante comercial a los Rolling Stones, de riffs simples y resultones, el solo
es de calidad pero hay que pillarlo con cronómetro. Down es un corte más variado que alterna el southern rock con el
rock a lo Guns o Rolling Stones. El chico no tiene mala voz, no es un prodigio
pero sin forzar para nada los registros hace un buen acompañamiento, me
recuerda en eso a Ray Voghan, que era un excelente guitarrista y que cantaba lo
suficientemente bien como para no cargarse las canciones, algo que no pueden
decir todos los guitarritas, de ellos tenemos ejemplos de sobra conocidos.
Medicine man es
una pieza rockera de aires setenteras, con coros femeninos muy de la época, es
como un viaje al rock del pasado, con un toque funky, los ritmos son sencillos
y sin complicaciones, lo mismo que los riffs, un rock de esos pegadizos y fáciles
de disfrutar. Falling again tiene un
arranque con acústicas y es un tema Rolling a tope, de esos de dar palmas, sin
más chicha, lo mejor es que por fin encontramos un solo de guitarra que dura
más de 15 segundos.
Just one question
empieza en clave blues, muy lento, un tema donde demuestra su clase como
guitarrista, muy de la escuela de Voghan o Gary Moore, guitarreo con mucho
sentimiento. El ritmo es un mero acompañamiento para que se luzca a las seis
cuerdas, pero también nos deja unas cuantas frases donde quizás se nota que a
esa voz, sin desentonar, sí que le falta algo de carisma, algo que posiblemente
se adquiera con los años.
Against the grain
nos devuelve al rock pero con cierto aire bluesy, un tema de esos fiesteros,
con un buen riff central pero también su parte muy popera dando palmas y demás.
That’s not me es uno de los cortes
rockeros con ambientación más moderna, se nota en los ritmos, en la forma de
cantar y en la simpleza de los riffs, un tema típico para las emisoras y en
plena vena Rolling.
Try nos devuelve
al terreno de la sensibilidad, que creo que es donde más brilla el talento de
este guitarrista, empieza con acústicas, dibujando unas buenas y sensibles
melodías, y luego evoluciona hacia un rock melódico y con gancho muy a lo Guns.
Es una baladita sencilla pero con buenas y pegadizas melodías, otro de los
cortes destacados del disco.
Spin the bottle es
una canción de southern rock de riffs hipnóticos, mientras que Sun’s gonna shine es otro de esos
cortes donde Aaron se dedica menos a los riffs pegadizos y comerciales y le
saca más jugo a su guitarra, con unos acordes muy setenteros y blueseros y un
buenos solos alargando el tema y creando una buena atmósfera. El punto final lo
pone otra balada, No matter what the
cost, acompañamiento acústico a lo Eagles, Rolling, nada nuevo bajo el sol,
fácil de escuchar como el resto del disco.
En resumen, Aaron es un buen guitarrista, con buena técnica,
pero todavía tiene por definir su estilo propio, originalidad ahora mismo no
tiene niguna, de momento sus primeros temas son una oda al rock y blues de toda
la vida. Sin ser nada excepcional este disco, sí que es fácil de escuchar, con
un buena carga comercial en la mayor parte de los temas, pero también con
buenos momentos a la guitarra, sobre todo cuando mete los solos y los cortes más
blueseros. Un guitarrista con toda la vida por delante y al que habrá que
seguirle la pista
Puntuación: 6,75/10
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