1.Satellite Storm
2.Shine On
3.Tender Sex Offender
4.The Pond
Mario Díez: Vocals, guitar, keyboards
Pablo Isla: Lead guitar
Manuten Verastegui: Bass guitar
Mateo: Drums, keyboards

Se inica el disco con Satellite
Storm, de golpe y porrazo te encuentas en los 70 y un nombre que me viene a
la mente de inmediato: Glenn Hughes. No solo la voz de Mario tiene unos tintes
soul y funk tan típicos del gran vocalista, aunque sin llegar a su maestría
(solo faltaría), sino que además los riffs y ritmos funky que se gastan te
recordarán a su música y, cómo no, también a los tiempos de Deep Purple cuando
Hughes y Coverdale compartían micro. Es decir, de buenas a primeras te entregan
un rock de un clasicismo inapelable. Traducido en otras palabras, estos chicos
tienen calidad para dar y tomar y han mamado muchas horas de rock. Ojo a la
labor del batería, realmente inmensa. Y el trabajo de guitarras es más que
notable. Un arranque realmente emotivo y electrizante que encandilará a todos
aquellos que disfrutamos del rock setentero.
Shine On cambia
de ritmos, se trata de un tema mucho más pausado, con tendencia bluesera y de
rock con mucho feeling al estilo primeros Whitesnake. Combinación de acústicas
y eléctricas trandicional y un estribillo muy logrado, un tema de esos que se
corean en directo y que puede dar lugar a que te monten una jam session en toda
regla.
Tender Sex Offender
es un tema más movido, con un riff de psycho rock y una base rítmica estupenda,
que te recorderá a bandas como Jeff Beck, Blue Oyster Cult o de nuevo el
inmortal Glenn Hughes. Solo de sonido heavy rock típico del estilo, con
excelente salida de batería para retomar el riff central, el abc del rock de
toda la vida, amigos. Bordado.
The Pond es un
tema de blues rock y con cierta chispa sicodélica en los riffs que me recuerda
al gran Hendrix. Sí, estos tipos respiran clasicismo. Van evolucionando en los
tiempos y en el riff, incluso con una incursión en el terreno del stoner, de
nuevo a destacar la excelente la labor de la base rítmica. Y el vocalista
acompaña perfectamente cada tema, curioso que hasta este año no se hubiera
puesto con las labores del micro, sólo cuando las circunstancias dejaron la
puerta abierta..., así es la vida. Este tema que cierra el disco es uno de los
más logrados, es como un poliedro, con mil caras, tiene un poco de todo y sobre
todo ese punto de locura genial, que se desata definitivamente cuando meten el
solo a lo Blackmore. Gran colofón y otro tema de esos que en directo se pueden
alargar cual espagueti.
Vale, podéis decir que no inventan nada en cuanto a estilo,
cierto, pero la composición de los temas es soberbia y la ejecución también. Es
como volver al pasado pero con temas actuales y compuestos por una banda española.
Ojo a estos Mr. Wilfred que atesoran calidad por arrobas. Esperemos que en
breve nos deleiten con un disco completo.
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