1.Pure as
the Driven Snow
2.Ironclad
3.Shield
Wall
4.The
Everlasting Ride
5.Days Like
Lost Dogs
6.When
Steel Rains
7.Wolf Mountain
Ralf Winzer
Garcia - Bass, Vocals
Reto Crola
- Drums
André
Mathieu - Guitars
Ralph Huber
– Guitars
Hoy os comento el segundo disco de esta banda Suiza, de
Zurich para más señas. La banda es de formación reciente, 2014, pero parece que
han venido cargados de ideas porque el año pasado sacaron su primer disco y
este 2016 el segundo. Y no solo eso, aquí hay calidad, no se trata de sacar
churros. Su rollo es el doom metal.
El arranque con Pure
as the Driven Snow es de un doom lento y cadencioso, voces apagadas, muy
sombrías, sobrias y sin estridencias. Oscuridad y ritmos hipnóticos con un solo
guitarrero que encaja perfectamente en ese esquema, oscuro pero con una
intensidad propia del heavy metal que le da un plus al tema.
Ironclad empieza
de manera majestuosa con un solo heavy poderoso y negro como una noche sin
luna, logran despertar toda clase de sensaciones, se podría decir que ese es
uno de los puntos fuertes de esta banda. Imposible no pensar en bandas de gran
calado como los padres del cotarro Black Sabbath, o bandas clásicas como Count
Raven o Saint Vitus. El trabajo de voces de Ralf Garcia es de lo mejorcito que
ofrece la banda, impregna su música con ese sentido de transcendecia y
atmósfera que hace que los temas sean como viajar en un túnel del tiempo. Ojo a
la parada que hacen a mitad de tema, con la elegancia propia de un Iommi o de
unos Trouble, metiendo solos heavys, buen estribillo y excelente trabajo de
coros.
Shield Wall es un
tema con un enfoque doom mucho más marcado que en las anteriores canciones, la
producción también hace lo suyo, espesan las guitarras y le meten ese zumbido
tan grueso para crear atmósfera. Un tema a lo Pentagram, Candlemass. La base
rítmica es una alfombra perfecta y de nuevo hay que descubrirse ante el
desempeño vocal, que varía de tema a tema, en esta pista la voz es mucho más
aguda y transmite una nota de ansiedad. Buenos coros también y solo épico y
solemne, otro temazo.
The Everlasting Ride
tiene un inicio casi comatoso a base de bajo y batería, casi sin pulsaciones.
Pero amigo, cuando desatan los riffs densos y endemoniados las sensaciones se
disparan, un corte muy a lo Saint Vitus, calma chica hasta que se desata la
tempestad. Un tema que mezcla el doom y la sicodelia, me recuerda un poco al
estilo Ozzy pero llevado al territorio del doom más clásico, con un nota
apocalíptica a lo Nevermore.
Days Like Lost Dogs
es un tema de doom clásico pero con una pausa colosal liderada por una voz de
mártir brutal, mientras reverberá en el fondo el eco de las guitarras y la
batería apenas se percibe, como si estuviésemos en medio de aguas pantanosas,
un solo grandioso a lo Sabbath de los 80 viene a sacarnos de la penunmbra, una
delicia de tema.
When Steel Rains
es un doom más liviano a lo Candlemass, Moonspell, aunque ellos siempre le dan
una nota especial de tenebrosidad. El trabajo de voces le da mucho punch al
tema y los solos son luminosos y alegres, de heavy puro. Rematamos este gran
disco, que se pasa en un suspiro a pesar de la lentitud predominante en los
ritmos, con Wolf Mountain, siete
minutos de heavy doom, más dinámico y con excelentes melodías infernales. Gran
solo y grandes coros.
En defintiva, que estos suizos se han cascado un disco de
mucha consideración. La composición de los temas está cuidada, todos los
elementos cuentan, no se descuida el más mínimo detalle, pero todo fluye al
mismo tiempo con gran naturalidad, por eso consiguen motivar y exaltar tus
sentidos al máximo. Cuidado con estos Wolf Counsel, que llevan mucha munición
en sus alforjas.
Puntuación: 8,5/10
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