1.Shiantara
2.The Die
Is Not Cast
3.The
Moment Is Now
4.Until the
End of Time
5.The
Visitor
6.Return to
Grace
7.Only a
Whiff of Life
8.A
Turnaround in Art
9.The
Greatest Gift of All
Sabine
Edelsbacher - Vocals
Lanvall - Guitars,
Keyboards, Hammered dulcimer, Bouzouki
Dominik
Sebastian - Guitars
Johannes
Jungreithmeier - Drums
Noveno disco de esta banda de sobras conocida dentro del
mundo del power metal sinfónico. Formados en 1998 y con un sonido definido, una
vocalista icónica, de esas que se suelen citar cuando se habla de las reinas
del Metal, y cómo no, acompañada por el fiel escudero de armas que es ese buen
guitarrista, el señor Lanvall. Es decir, es uno de los grupos de referencia de
hoy en día en este estilo musical, con su buena legión de fans, veamos que nos
tienen que ofrecer en este noveno episodio de su carrera. Para su grabación han
recurrido a la Junge Philharmonie Freistadt Orchestra, el masterizado corre a
cargo de Mika Jussila, conocido por sus trabajos con Stratovarius entre otros,
y también cuenta con la participación en el apartado vocal de Erik Martensson
(Eclipse, Nordic Union) como artista invitado.
Shiantara
comienza combinando unos riffs heavys con una buena variedad de sonidos de
percusión, luego van introduciendo la parte sinfónica. Una de las cosas que me
agradan de esta banda es el equilibrio de sus elementos, el sonido es rico en
matices, pero no pierden el toque heavy e intenso que hace que sus
composiciones no decaigan. En cuanto a Sabine sigue teniendo la misma voz
brillante de siempre, dulce, melódica y con potencia. Un solo extralargo,
melódico y heavy, pone la rúbrica a lo que os decía antes, salida con coros y
todo muy grandilocuente. Un buen inicio de disco.
The Die Is Not Cast
se inicia con unos acordes muy de Savatage, a los que se les superpone el riff
distorsianado de la guitarra rítmica, cambio de ritmo y heavy de melodías
arabescas. Muchas bandas suenan a clones de otras, pero estos Edenbridge tienen
un estilo definido dentro del sinfónico, y mira que es complicado. De nuevo, la
elegancia de Sabine, combinada con los riffs y ritmos heavys, y la orquestación
que te parecerá sacada de una peli de James Bond, sí, tiene ese aire de
atrevimiento y aventura del detective de Flemming. A eso añádele las acústicas
antes del solo, y el correspondiente punteo de calidad con un pie en el terreno
progresivo, y entenderás de inmediato porque esta banda austríaca está donde
está.
The Moment Is Now
tiene un arranque en base a un medio tiempo y unos riffs con bastante groove. Luego
meten teclados con buena melodía y ya tenemos un medio tiempo típico, en este
caso buscando más el estribillo pegadizo a las primeras de cambio, a lo
Nightwish, un tema demasiado simple y predecible en comparación con los dos
anteriores, pero de esos que en seguida están sonando en todos lados noche y
día.
Until the End of Time
empieza con teclados y un punteo melódico elegante, de modo muy tranquilo,
entra luego la voz de Sabine, modo balada, me recuerda la elegancia y
transcendencia de ese gran tema de Queen que es Who wants to live forever. Otro
de los puntos positivos de estos Edenbrigde es que no se van por las ramas ni
alargan innecesariamente los temas, todo lo que ponen encima del mostrador
cuenta. Esta es una bonita balada, más elaborada y menos evidente que el
anterior tema, recuperando las buenas sensaciones del inicio de disco.
The Visitor vuelve
a ser otro medio tiempo con groove guitarrero, tiene sus pausas que le conceden
a Sabine el espacio suficiente para que reluzca con su voz melodiosa y
cristalina. Va creciendo en ritmo e intensidad, con buen acompañamiento
sinfónico, acercándose hacia el momento del solo en medio de excelentes
ambientaciones, tiene ese aura de gran tema, cocinado a fuego lento. El solo se
desata de modo épico y melódico, poniendo de relieve la clase que atesora el
señor Lanvall.
Return to Grace vuelve
a tener un inicio de melodías arabescas, que recuerda a los buenos Mezarkabul
en sus mejores momentos, y es un tema con un ritmo más vivo y más pegada que
los anteriores, más power, muy en la vena Kamelot, con Sabine subiendo también
en la escala. Un tema con excelentes melodías y ambientación, que te llevarán a
lejanos parajes.
Only a Whiff of Life
arranca con piano y voz, la pieza más breve del disco diseñada para que la
vocalista se explaye a gusto, insertando acústicas y sintetizadores, sin
presencia de base rítmica, desprende clase.
Con A Turnaround in
Art entramos en la recta final del disco y precisamente con los dos temas más
largos del mismo. Un tema que empieza como medio tiempo y con unos riffs
potentes y más oscuros. Pero la parte sinfónica cobra más protagonismo en este
tema, una gran orquestación que marca la diferencia en estilo con otros temas. The Greatest Gift of All pone el punto
final con doce minutos, solos y riffs melódicos de Lavall como diciendo cuidado
que soy el jefe. Desde el principio huele a tema épico construido con todas las
de la ley, cocinado a fuego lento pero también con sus arrancada power, una
gran bajada de telón para un disco más que notable por parte de estos
Edenbridge.
Creo que todos los fans de la banda estarán contentos con el
resultado final de este disco, y los que no la conocieran tienen un buen
trampolín para empezar a escucharlos, es un disco intenso, con explendidas
melodías y mucha sensibilidad.
Puntuación:
8,5/10
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