1.The
Battle Cry
2.Death
Wields A Six String
3.The
Freedom Cult
4.Anarchy
Metal
5.Gunts
6.The Heavy
Metal Warrior
7.The
Nihilist And The Moralist
8.Warlock
9.80's Televangelist
Andrew Dona – everything
Espectacular el debut de este músico canadiense, así de
claro lo califico, realmente brillante y prometedor teniendo en cuenta que es
su primer disco con esta banda que ha puesto en marcha él mismo, es decir, una
one-man band en la que él se encarga de todo el tinglado y además lo hace con
una gran efectvidad. Por cierto, se publicó el 26 de diciembre, así que es de esos
discos que casi se podrían meter en dos años diferentes.
El estilo es claramente el heavy metal, se percibe desde el
primer momento, pero es un heavy muy rico en matices. The Battle Cry comienza con unos riffs y un tiempo sencillo y de
epic heavy metal al estilo de bandas como Manowar o Judas Priest, no es ni de
lejos el mejor tema del disco pero sí es un tema fácil de seguir y que engancha
por su sencillez y su estilo adictivo, aunque ya digo que es de los temas más
normalitos del disco, a partir de aquí la cosa empieza a crecer.
Death Wields A Six
String es el título del disco y además un tema donde las melodías de
guitarras son realmente fantásticas, recordando a los geniales Warlord. Pero
antes el tema empieza a base de sintetizadores y voz. Otra cosa que se nota
desde el principio es lo referente a la producción, no tiene un sonido
espectacular pero eso le da más auntenticidad y un sonido under que para mí es
más un punto positivo que una desventaja. Andrew se recrea en el solo de
guitarra, claramente su mejor instrumento.
The Freedom Cult
nos deja otro de esos comienzos con muy buenas vibraciones gracias a la
combinación de acústicas con un solo melódico ambiental de gusto exquisito.
Cuando entra la batería cambia a unos riffs heavys clásicos y ochenteros. No es
que Andrew sea un portento vocal pero cumple suficientemente y en este tema en
concreto lo hace realmente bien con un juego de voces oscuras, melódicas,
limpias y a veces más gruesas. La base rítmica, sin sonar mal, es la parte más
floja de su música, adolece de cierta pegada que sin duda podría reforzar su
sonido, pero ese es un tema que se puede solucionar sin muchos quebraderos de
cabeza, digamos que los mimbres de su música están bien asentados, como son las
guitarras y el enfoque de heavy clásico pero con toques atmosféricos en su
mayor parte. Este en concreto es un tema que destila sonido heavy a lo Angel Witch,
Bathory o unos Holocaust, gran tema.
No baja el listón con Anarchy
Metal aunque es una pista más sencilla que la anterior, pero tiene unas
guitarras heavys al estilo Ozzy, con riffs muy pegadizos y unas voces que en
esta ocasión suenan más rebuscadas y teatrales y le dan otro aire al tema. De
nuevo los solos que van salpicando el disco nos dejan muestra de su calidad
compositiva.
Gunts es uno de
los temas con más carisma del disco, te vendrán a la memoria grandes nombres
del heavy epic como Slaugh Feg, Manilla Road, Omen, etc. Despliegue guitarrero
superponiendo acústicas con punteo, cambio de ritmo para meter un riff de
ataque y luego solos melódicos, se luce y se gusta, y el disco se va asentando
gracias al gran despliegue a las seis cuerdas.
The Heavy Metal
Warrior tiene un título de esos que ya te ponen sobre aviso. Y no defrauda.
Es un tema de hard heavy a lo Dokken, pero diría que con un enfoque más heavy
que la banda de Lynch. Las voces están muy logradas en esta canción y además es
un tema donde ha echado el resto en lo que es la base rítmica, insertado
continuos cambios de ritmo que no cortan para nada el rollo sino que le dan un
estilo a bandas como Riot, Crescient Shield, Sanctuary, buena atmósfera y
apartado sobresaliente en lo que se refiere a los solos de guitarra, uno de los
grandes temas del disco.
Llegamos a otro de los puntos calientes del disco, The Nihilist And The Moralist es el
tema más largo y con diferencia, nada menos que 15 minutos, pero sacando los
dos primeros donde se dedica a soltar una parrafada a modo de introducción el
resto no tiene desperdicio. De hecho se podría decir que es casi un tema
instrumental, ya qua las voces pasan a un segundo plano. Un tema con unas
guitarras con un sonido Van Halen y una estructura en el tema con muchas
alternancias al estilo Savatage, Queensryche, de hecho creo que en este caso se
puede hablar casi de heavy progresivo. También se podrían nombrar otras
influencias, ya que Andrew aprovecha a tope todos los minutos del tema, no se
dedica a meter paja por medio. Quizás el sonido de guitarras melódicas tiene un
gran parecido al estilo del virtuoso Satriani, realmente espectaculares las
melodías que consigue recrear. Otro temazo sin paliativos.
Después del éxtasis de los dos últimos temas llega el
momento de relajarse con las dos últimas canciones, que son las más sencillas
del disco. De hecho, Warlock es casi
un paseo guitarrero para meter el último tema que es 80's Televangelist, y es una canción de sonido rock blues, con
guitarras a lo Van Halen en un principio pero sobre todo lo que destaca y le
acaba restando importancia al tema son las voces, con un rollo en plan showman
apoyadas por teclados, como dirigiéndose a un público imaginario, a lo David
Lee Roth, invitando a la peña a venirse arriba, es más una outro que otra cosa.
El balance es estupendo, siete buenos temas, de los cuales algunos
alcanzan un nivel altísimo, y sacando la anécdota de los dos últimos cortes el
disco se escucha del tirón y resulta enormemente adictivo. Andrew ha parido un
gran disco, tiene talento compositivo y además transmite emociones a través de
su guitarra como pocos. Apuntaos su nombre.
Puntuación: 8,5/10
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