2.Chants of Aradia 7:19
3.Lilith Black Moon 7:33
4.Once Death Sang 5:05
5.Profane Saviour 7:12
6.Everlasting Darkness 5:06
A.Th – vocals, bass, guitar
Gabriel – guitar
Bon R. - guitar
Chris Z. – drums
Hacía ya tres años que no teníamos disco nuevo sobre la mesa de esta buena banda italiana de doom. Lo último que nos dejaron fue un gran ep en 2015. Como podrás comprobar, no han perdido sus habilidades, que ya mostraban desde los primeros tiempos de la banda en 2006. Una banda que recoge influencias de clásicos del género como el Ozzy setentero, Celtic Frost o Mercyful Fate y de bandas italianas de renombre como Death SS o Paul Chain. Behold The Abyss es el cuarto disco de la banda.
Behold the Abyss tiene un inicio lento, tranquilo pero que de repente rompe un punteo estratosférico, antes de volver al ritmo lento, tienen la magia habitual del doom italiano, aunando atmósfera y gran feeling. El estribillo tienen una magia brutal, pero lo que lo que te dejará con la mandíbula desencajada son los cambios de ritmos para meter riffs poderosos de metal. Solo melódico con reverb mientras el ritmo no afloja ni un momento, y cuando crees que se ha acabada surge el lamento de una guitarra en medio del valle poniendo el punto doom con su melodía melancólica, es difícil aportar más sensaciones en nueve minutos de tema.
Después del sensacional arranque de disco me sorprende una vez más la melodía en las guitarras de Chants of Aradia que parece sacada del death melódico sueco ambiental. Las líneas vocales son constantes y huyen de estridencias, las guitarras nos vuelven a meter en la oscuridad doom con la distorsión pero siempre guardando su punto de potencia. El estribillo es una cosa que se trabajan de manera especial, siempre tiene gancho y melodía, al estilo de unos Solstice o Candlemass. Y cómo no, con la pausa meten el mayor momento de creatividad en las guitarras, melodías dobladas, cambio de ritmo y a puntear de manera expléndida sacando el lado más heavy de la banda. Otro tema de esos que te cautivan desde la primera escucha.
Lilith Black Moon refleja el lado más agresivo de la banda con ese heavy oscuro. Por su parte, sigue presente otra de las constantes de este grupo como es la voz melódico y el tono sedoso que careacteriza a A Th y que a mi me recuerda mucho al vocalista de los Atlantean Kodex. El final intercala riifs agónicos y otros de doom melódico para completar otro tema que se mueve entre la frontera del doom y el heavy.
Once Death Sang es un tema que luce unas melodías espectaculares en medio de un tiempo lento, recrea una ambientación espectacular y las voces se ven además aderezadas con la participación de un registro femenino que le da un punto más de melancolía al tema y un poco de sonido gótico, cortesía de Elisabeth de Riti Occulti, en el sentido de lo que hacían los Opeth en sus canciones más pausadas.
Profane Saviour es una variante del tema anterior tiene ese punto gótico pero las guitarras tiran más de distorsión y el tiempo del tema cuenta con muchas más alternativas, poniendo en ello una base doom heavy. Es imposible obviar referencias como las de King Diamond en este tema, aunque ellos lo lleven a otro ritmo, pero la oscuridad y el misterio de ese gran artista late en el corazón de este tema fusionándose con las raíces doom de la banda. Final con toque epic doom en los coros y las guitarras para poner la guinda a otro tema que es como una montaña rusa de sensaciones.
Final con Everlasting Darkness, un tema de ritmo lento, atmosférico y melódico, con un feeling grandioso y un gusto compositivo exquisito, es el epílogo perfecto para un disco que es como la bella y la bestia, tiene momentos de dulzura, momentos de rabia y mucho de oscuridad y tenebrosidad, pero sin perder en ningún momento el punto melódico y comercial que lo hace tan adictivo. Suena a tópico, pero es con diferencia el mejor álbum de la banda hasta la fecha.
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