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lunes, 23 de septiembre de 2019

LORD VICAR – The Black Pouder (2019)


1. Sulphur, Charcoal and Saltpetre  17:16  
2. Descent  08:09  
3. World Encircled  06:36  
4. Levitation  04:58  
5. The Temple in the Bedrock  08:00  
6. Black Lines  06:52  
7. Impact  02:59  
8. Nightmare 04:03  
9. A Second Chance  10:42

Chritus - Vocals 
Kimi Kärki - Guitars 
Richard Jones - Bass 
Gareth Millsted - Drums

Un nuevo disco de esta banda finlandesa es siempre muy bien recibido, porque sus lanzamientos se cuentan por victorias o por éxitos, desde el 2007, año en el que se crearon no han sacado un disco de esos que dices malo, sino pasable. Siempre trabajan las composiciones al máximo y aunque tienen una base doom su perfil va mucho más allá y enriquecen sus canciones al máximo. A nivel de temática el disco brega con los avatares sociales actuales, la violencia, la manipulación de la población, etc.

El disco excede la hora de duración pero es Sulphur, Charcoal and Saltpetre con sus 17 minutos la que se lleva la palma. El inicio con acústicas tiene mucha clase y nos introduce a su universo doom bastante apocalíptico donde también tirando de groove y distorsión para crear el efecto de más tensión y fuerza según el momento de la canción. Y por supuesto tampoco pueden faltar las referencias a los maestros Black Sabbath que ya se dejaban sentir en el disco anterior de manera clara. En todo caso, además del sonido stoner doom del tema destacaría sobre todo el enfoque progresivo del mismo, lo hacen bien y sin caer en ningún momento en el vacío o el meter minutos por quedar bien, todo tiene su coherencia en esta canción. 

Descent tras un inicio muy ambiental es un tema doom con mucha fuerza en la distorsión, más pausado y oscuro que el anterior lo que contrasta con el solo melódico con un sentimiento espectacular, es como si todo el tema, que es como una roca, se enfocase hacia ese momento de catarsis.  World Encircled da continuidad en el ritmo al anterior tema pero en este caso el buzz de las guitarras está mucho más potenciado y también nos aguardan momentos donde la rítmica ofrece distintos tiempos y mayor variedad dentro del espectro doom que domina el tema. De nuevo el excepcional solo de guitarra vuelve a ser el punto de ebullición del tema, ciertamente inspirado el señor Kimi. 

Tras dos temas de doom muy espesos y de rollo funeral con Levitation se meten en el sonido de proto doom que hacen que sus temas cobren más vida y emociones, recogiendo el legado de grandes como Saint Vitus. Candlemass o Pentagram. Con el punteo incluso dan un paso más y se adentran en un heavy doom de melodías muy logradas. Si esto te ha abierto el apetito prepárate porque The Temple in the Bedrock es un tema donde pisan el acelerador, todavía más intenso que el anterior, con mucha distorsión y una gran vena sicodélica en la voz y los riffs, con momento que se pueden describir como de doom bizarro o sicodelia pura y dura, pero la base rítmica stoner heavy es dominante y es la que marca el sentir de este tema. 

Black Lines tienen un comienzo espectacular con los timbales y el riff melódico doom y nos retrotrae a los tiempos del Paranoid, un heavy doom tan primitivo como hipnótico, las claves del cotarro ya sabemos quienes las pusieron sobre la mesa, ahora los finlandeses las ponen en práctica con un añadido stoner que le da al tome un toque rockero perfecto, tienen fuerza, desprende osadía y desafío por todos los poros.  Impact es la canción más breve del disco pero no por eso te la puedes saltar porque es un tema de proto metal realmente vibrante, con una gran conjunción de voces y riffs, el tema más heavy y melódico del disco. 

Nightmare es el corte más novedoso en su repertorio, con un esquema de balada, otro de los temas que arranca con acústicas, a destacar la sensibilidad en la voz y los arpegios, un punto totalmente novedoso en el álbum. A medida que transcurre el tema le añaden unos coros muy ceremoniales que contribuyen a engrandecer el tema, es como un oasis de esperanza después de tanta oscuridad. Punto final con A Second Chance, aquí se acabaron las sorpresas, doom, heavy y melodías  en un comienzo, pero no os dejéis engañar por esos fuegos artificiales porque se zambullen de lleno en el stoner y el doom más espeso y asfixiante, a la vez que elocuente e inconformista, que puedan desarrollar. De nuevo me quito el sombrero ante el descaro creativo de Kimi Kärki, simplemente hace lo que quiere en cada momento. 

Volviendo al principio de esta reseña, cuarto disco y siguen los Lord Vicar manteniendo el excelso nivel que ya mostraron en los tres lanzamientos previos. Además, igual que ocurría en el anterior capítulo, es un disco con amplia variedad dentro de lo que es su estilo. Personalmente me quedo con el álbum anterior, pero siguen demostrando que están entre la élite actual del doom.

Feeling: 4,5/5
Originalidad: 3.5/5
Técnica: 4/5
Producción: 4,5/5

Puntuación: 8/10

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