sábado, 30 de noviembre de 2019
PLAINED – Epidemic of Mass Hysteria (2019)
1. Prelude 01:05
2. Chorus Line 07:30
3. Erupted Material 06:38
4. Odio Fati 05:03
5. Amor Fati 04:40
Frederik Jensen - Vocals, Guitar, Bass, Drum editing
Jonas Christensen - Guitar, Bass
Dos músicos componen este nuevo proyecto de enfoque progresivo, de los que podréis encontrar por ahí videos o singles de los mismos, pero por si hasta ahora no habéis escuchado nada de ellos ahí van unas notas respecto a este ep.
Tenemos Prelude, cuyo concepto viene claramente definido por su propio título, en apenas un minuto ponen en escena una sonoridad progresiva orientada sobre todo al rock pero con pinceladas ambientales que son las que hacen de esta breve pista algo con significado. De ahí pasamos a Chorus Line que viene definida por sus pausas ambientales, realmente inspiradoras, donde se acercan al sentimiento de unos Opeth en las partes lentas, la otra cara viene dada por el groove y la voz distorsionada, haciendo una especie de rock y metal entre progresivo y alternativo, con recurso a diferentes arreglos ambientales.
Erupted Material es un tema donde trabajan en buena forma los contrastes entre un metal de riffs con groove machacones, con toques alternativos, y de nuevo la parte ambiental, claramente la base rítmica es la parte más endeble de todo el entramado. Odio Fati es una pista más activa y dinámica, con riffs heavys seguidos de acústicas y partes ambientales donde quieren sonar más transcendentes. Hay buenos momentos técnicos a la guitarra, como el buen punteo, pero en general me dejan con la sensación de que juegan un poco a todo o a nada, con un estilo en el que tanto vale tirar para un lado como para el otro, bueno, a eso se le puede llamar progresivo y en ese caso todo vale, pero lo importante es las sensaciones que provocan, y hay momentos en que me ponen las pilas y en otros me dejan frío como un témpano.
Final con Amor Fati tiene una primera con apuntes de rock progresivo, base rítmica muy elemental que sobre todo pone el foco en un riff bien conseguido, un inicio ambiental que da paso a un groove muy rutinario y que se carga un poco la magia del principio. Lo que os acabo de decir, parece que van un poco sin rumbo según la inspiración del momento, y hay momentos en que duermen a las ovejas, mientras que en otros consiguen unos efectos de guitarra realmente interesantes. Hay tela que cortar pero también muchos flecos por pulir.
PLAGUE THROAT – Evolutionary Impasse (2019)
1. The Epoch of Catastrophe I 01:24
2. The Epoch of Catastrophe II 03:57
3. Instruments of Antipathy 03:22
4. Primitive Defense Mechanism 03:29
5. Re-Shaping a paralysed world 02:58
6. Portraying a Void
Malice - drums
Nangsan Lyngwa - vocals, guitars
Segundo ep y continuación a su álbum de debut de 2017, once años en activo, son de la ciudad de Shillong y gozan de cierta fama, habiendo actuado junto a bandas como Cannibal Corpse, Psycroptic, Dying Fetus, etc. El grupo lo componen el binomio del batería y el vocalista/guitarrista.
Arrancan el disco con The Epoch of Catastrophe I, un breve corte de sonidos entre bizarros, catastróficos y oscuros, con la batería apuntando ya momentos de brutalidad y el riffeo calentito para ir preparando el horno. The Epoch of Catastrophe II es la consecuencia natural del tema anterior, riffs gruesos, ritmos lanzados y voz ultragrave pero ojo apuntalado con momentos de técnica que nos dibujan un cuadro entre el brutal y el death técnico.
Instruments of Antipathy suena más caótico en las guitarras, también apoyado por una batería que es dinamita pura, caña de principio a fin sin momento para levantar el pie, tirando sobre todo de agresividad más que de técnica. Primitive Defense Mechanism se dirige más hacia el death con los apuntes técnicos que son capaces de aportar y con ritmos que son como una apisonadora, nada que no haya sido escrito con anterioridad, pero la ejecución es pulcra y por el libro, con especial atención al riffeo técnico que nos cuelan en medio de toda la distorsión.
Re-Shaping a paralysed world es un tema que no admite medias tintas, una masacre sonora de principio a fin, no apto para los que buscan el lado más melódico de este estilo pero sí para los que gustan de bandas como Vomitory, Entombed, Carnage, etc. Último proyectil con Portraying a Void donde ahora sí buscan el lado más death y rítmico de la banda, con riffs que ofrecen menos brutalidad y más armonía. Los temas no se prolongan en demasía, son latigazos auténticos y es una banda para hacer descargas en directo con mucha fuerza, como lo demuestra su curriculum. Siguen la tendencia de los grandes que les han precedido y lo hacen con garantías.
jueves, 28 de noviembre de 2019
CHILDREN OF THE SUN – Flowers (2019)
1. Flowers Intro 1:37
2. Her Game 4:33
3. Emmy 3:58
4. Hard Workin Man 3:39
5. Sunchild 3:56
6. Flowers 4:53
7. Like a Sound 4:02
8. Beyond the Sun 7:27
Jacob Hellenrud - guitar
Josefina Berglund Ekholm - vocals
Ottilia Berglund Ekholm - choir
Wilma Ås - choir
Ida Wahl - bass
Anna Nilsson - keys
Christoffer Eriksson - drums
Sara Berkesi - percussion
Desde Suecia esta numerosa banda que nos retrotrae a tiempos pasados de la historia del rock, a aquellos donde Hendrix o Joplin estaban en boca de todos, ya la estética que ofrecen es bastante significativa en ese sentido y la intro con la que empiezan el disco ratifica lo dicho, sonidos relajados, sicodélicos y que invitan a soñar. Previamente habían publicado un ep, por cierto.
Otro de los aspectos destacados de este grupo es el tratamiento de las voces, con tres miembros del grupo dedicados a este asunto, las armonías de guitarra se convierten en el acompañamiento al servicio de las voces. Con el solo desatan la parte más salvaje en Her Game, si entendéis lo que quiero deciros, está muy bien ese contraste y que no solo se dediquen a recoger margaritas en el campo y a cantar alabanzas al dios sol, el tema también tiene sus momentos de garra y fuerza.
Emmy empieza con un teclado y voz a dúo, al que luego se les van añadiendo nuevas voces y melodías, un tema muy espiritual y con aire transcendental, te puedes imaginar en la campiña de Woodstock agarrado de la mano con personas a las que nunca habías visto en tu vida y entonando el kumbayá.
Hard Workin Man es un tema con guitarras rock de sonido country, voz acaramelada, un tema de sonido animado, muy setentero e ideal para salir a la pista de baile con las botas y los vaqueros a marcarse un bailoteo con el resto de los cowboys, además tiene un parte instrumental de un perfil más sicodélico aunque breve. Sunchild aunque tiene un inicio con voces que parecen sacadas de un tema pop de los 70, luego va enfilando hacia un rock suave y melódico y con un poco de acento blues. Está claro que la voz de Josefina es el eje sobre el que gira la rueda de este grupo sueco.
Flowers tiene un comienzo con acústicas suave, delicado e incipiente que me recuerda a aquellos grandes momentos que sabían crear los eternos Doors, pero aquí la voz pone e impone la melodía más vital y desgarra los nubarrones que pudieran atisbar en el horizonte. Es un tema más pausado, sicodélico y también melódico del disco, hasta algún gurú del mindfulness lo podría adoptar como música inspiradora.
Like a Sound ofrece unos riffs de rock clásico que contrastan con la melodía del coro, los teclados también acentúan ese perfil de rock a lo Deep Purple, como una pugna entre el lado más clásico del rock y el lado más rebelde o de alma libre de una Janis Joplin.
Acabamos con el tema más largo del disco, Beyond the Sun se puede incluir dentro del capítulo de baladas, muy relajada, con el foco en la voz y creciendo hasta explotar en el momento final, con el clásico esquema del rock comercial, es el tema que menos me sorprende de todo el disco o el más previsible de todos. Un viaje al pasado se podría decir que es lo que nos proponen estos suecos, teniendo en cuenta lo que es habitual hoy en día se podría decir que son unos bichos raros, pero si buscas algo un poco diferente o recrear un poco los tiempos pasados con un toque comercial o melódico ellos te sirven un buen menú.
Feeling: 3,5/5
Originalidad: 3/5
Técnica: 3,5/5
Producción: 4/5
Puntuación: 6,5/10
miércoles, 27 de noviembre de 2019
STEELWINGS – Back (2019)
1. My Rock Is Hot 04:49
2. Walk On Water 03:56
3. Nightmare 05:35
4. Death Or Gold 04:09
5. Walk In The Sky 06:25
6. Rock The Nation 04:59
7. Back On The Road 04:19
8. All Night 04:40
9. Rock My Soul 04:27
10. She Knows What It Takes 03:59
11. Ride On 06:33
12. Won`t Let You Go Away 04:26
Tommy Söderström - vocal
Gert-Inge Gustafsson - guitar
Michael Lindman - guitar
Peter Fredriksson - bass
Marcus Fritiofsson - drums
Banda sueca con muchos años en este asunto, aunque con baches por medio, y que se enfoca al hard rock con toques heavys. Ya andaban haciendo de las suyas allá por 1982 y en 1989 publicaron su último disco hasta regresar tantos años después. Este nuevo álbum que presentan además de tener un claro sabor ochentero también va a enfocado en cuanto a letras al tema tan manido de aprovechar el tiempo, disfrutar de la vida, etc.
Como os decía My Rock Is Hot es el típico de hard heavy con sonido ochentero, tiene garra, un estribillo correcto y un ritmo que no afloja en ningún momento junto a unos buenos guitarrazos. Walk On Water va más enfocado al hard rock melódico, un buen punto es que las guitarras suenan siempre potentes, riffs y punteos no escatiman en nada, la base rítmica sí que es más trillada.
Nightmare sigue la tendencia hacia un sonido más rockero, empezaron el disco con el tema más heavy y van dando pasos hacia canciones más rockeras, eso sí, como en temas anteriores el ritmo es sostenido y es la voz la que le pone el punto más interesante a este tema.
Death Or Gold tiene un comienzo que podría encajar en una banda de rock de toda la vida, di unos Twister Sister, unos LA Guns, etc. Tiene esas guitarras contenidas que finalmente explotan con el estribillo para darle ese carácter explosivo al tema, muy al uso, hasta los Judas tienen el suyo. Cambio de tercio por completo con Walk In The Sky, una balada medio tiempo con predominio de las guitarras melódicas, tiene sobriedad y elegancia suficientes para resultar convincente y Tommy demuestra que es un vocalista con recursos y voz consistente.
Rock The Nation arranca con un riff infeccioso a lo Ratt o Cinderella, un tema de rock chulesco extraído del ambiente americano de los 80 y condimentado con punteos con actitud, me gusta el trabajo versátil que hace la banda, tocando diversos palos, hasta tiene un poco del rock británico. Back On The Road tiene un riff donde los Acdc los podrían denunciar casi por plagio y que por supuesto marca el devenir de todo el tema, rock n’roll en vena, se podría decir que una oda a la fama de los australianos. Y con All Night completan la pareja, porque es otro tema muy rockanrollero con los riffs marca Angus por bandera, coros y la pausa clásica.
Rock My Soul es un rock más clásico, una mezcla entre unos Ufo y los Saxon menos heavys, con un estribillo bien construido y el vocalista de nuevo ganando la partida. She Knows What It Takes es un soplo de aire fresco en el disco, no porque no sea un tema que se haya hecho mil veces antes sino porque nos retrotrae en el tiempo a un rock setentero con buenos alaridos vocales por parte de Tommy, casi emulando al dios Dio, los guitarrazos no pueden ser más clásicos, a lo Rainbow o Dio, fuerza y carisma en este tema, de lo mejor del disco.
Ride On hace gala también de un sonido vintage, un hard rock melódico con aroma antiguo, con un tempo más relajado pero unas guitarras más desgañitadas y más emotivas. Acaban con Won`t Let You Go Away, un estilo ochentero a lo Whitesnake pero con un poco más de garra. La verdad es que este disco se podría considerar como un repaso a las distintas etapas del rock, un buen compendio de temas por el que viajarás a lo largo de la historia del rock, la originalidad no es el punto clave aquí, pero no se le puede poner un pero a la composición.
Feeling: 3,5/5
Originalidad: 2/5
Técnica: 3,7/5
Producción: 4/5
Puntuación: 7/10
martes, 26 de noviembre de 2019
HIDDEN LAPSE – Butterflies (2019)
1. Dead Jester 05:02
2. Third 03:21
3. The Letter 0 04:10
4. Stone Mask 04:32
5. Glitchers 04:09
6. Grim Poet 06:51
7. Sleeping Beauty Syndrome 04:56
8. Cruel Enigma 05:17
9. Dust 04:43
Alessia Marchigiani – Vocals
Marco Ricco – Guitars and Vocals
Romina Pantanetti – Bass
Alessio Monacelli – Drums
Segundo álbum de esta banda que lleva un enfoque según cuentan ellos mismos muy introspectivo, sobre como nuestras vidas se solapan, la rutina nos invade y parece como si todavía estuviésemos ajenos a todo eso, o algo así… pero vamos con la chicha del asunto, lo musical.
El inicio con Dead Jester es una buena muestra de lo que este grupo puede ofrecer, efectivamente un metal progresivo pero con un enfoque moderno, arreglos electrónicos, groove a ratos, pero ojo sin resultar cargante ni abusivo. Y en especial destacar la buena voz de Alessia, es de esas voces que parecen muy naturales, tiene un amplio rango y un poco de rollo rockero diría, lo cierto es que multiplica el efecto de la música del grupo.
Third tiene una mayor presencia de teclados y groove, también juegan más con las melodías, sobre todo en el punteo, y en este sentido es un tema menos ambicioso y menos llamativo, hasta el punto de que en este caso la vocalista pone una voz más dulce y melodiosa, pierden un poco la esencia del vital arranque de disco. The Letter 0 sigue más o menos ese camino pero en este caso con un enfoque más hacia el power, me quedo sobre todo con los buenos solos de guitarra y teclados y las partes en que meten unos riffs más heavys, pero la voz me vuelve a decepcionar un poco por lo blanda que resulta, me falta la garra del primer tema.
Stone Mask es un tema que fluye con mucha naturalidad, pausado, con buenas melodías y de nuevo esa Alessia con más personalidad, impostando menos la voz, un medio tiempo consistente con muy buenas melodías guitarreras. Glitchers tiene mucho sentetizador, groove por bandera y un perfil más de power sinfónico con la pizca de progresivo que ellos le ponen.
Seguimos avanzando con Grim Poet hacia el lado que más me gusta de esta gente, cuando suenan menos power y le dan más agresividad a su sonido. Buen uso del groove para sacar unos riffs potentes pero sobre todo un tema muy equilibrado entre los momentos ambientales más pausados y los más cañeros, cuando las guitarras cobran protagonismo su rendimiento crece exponencialmente, de lo mejor del disco.
Sleeping Beauty Syndrome es un tema de power pogresivo al estilo de los nórdicos Pagan’s Mind, basado en las buenas melodías, con doble jeugo de voces y buenos riffs que te harán saltar. Cruel Enigma tiene el título en español pero las letras son inglés, tendrán algún amigo por Asturias o algo así, el caso es que otro de esos temas en que suenan más melódicos y previsibles. Final con Dust, un tema instrumental que funciona a modo de outro, pausado y relajado para cerrar. La verdad es que es un disco con altibajos, momentos donde te hacen disfrutar bien y otros donde se instalan en la zona de confort y van a lo fácil y lo comercial, por tanto tienen margen de crecimiento y una buena vocalista que a veces me deja con la sensación de que está por momentos un poco encorsetada y podría desatarse y brillar mucho más.
Feeling: 3,5/5
Originalidad: 3/5
Técnica: 3,5/5
Producción: 4/5
Puntuación: 6,5/10
lunes, 25 de noviembre de 2019
RAGNHILD – Tavern Tales (2019)
1. A Viking Mosh 03:58
2. Ragnhild 04:14
3. Death of a Warrior 06:37
4. Battle on my Grave 6:02
5. We Will March 05:03
6. Under the Red Sky 04:24
7. Glory of Our Mighty King 04:15
8. Stronghold 04:40
9. Tavern Tales 06:43
Ajinkya Bhingardive- bass
Rahul Dhake - guitars (lead)
Shardul Kadam - guitars (rhythm)
Rohit Jalgaonkar- vocals
Devashish Goel - drums
Primer disco que nos ofrece esta banda de la región de Pune, India. Se formaron en 2013 y practican un death melódico con nociones vikingas, la portada es fiel testigo de ellos. Han tardado varios años en sacar adelante este disco, vamos a ver cual es el fruto de todo ese trabajo.
Tenemos un primer tema Viking Mosh donde imprimen toques de brutal metal en medio de un océano de melodías death que impregnan toda la canción y forman la base del mismo. Pero esos toques más agresivos son precisamente los que le dan un aire diferente al tema y hacen que no se queden en el típico clon vikingo, aunque la voz bastante gorrina no es tanto de mis gusto, pero hay que reconocer que al menos tiene fuerza. Otro punto a favor es que se explayan en el solo, en resumen un tema de lo más completo y con mucha pegada.
Ragnhild es un tema más estándar y por ende más vulgar que el anterior, de principio, aunque eso no significa que sea un mal tema. Para empezar el recurso al brutal de todo a cien es demasiado elemental, pero la parte melódica y atmosférica que le imprimen con la guitarra, con un toque viking folk, cambia por completo el escenario y eleva el puntaje del tema de forma considerable. Realmente es como si tuviésemos en el mismo tema a la bella y la bestia, me quedo con la bella, sobre todo cuando se desmelena en la parte final con una aceleración con punteo constante. Tras un comienzo bastante insulso el tema se desata y alcanza cotas muy altas de adrenalina.
Death of a Warrior empieza relajado y con melodías cristalinas, más propias de un grupo de heavy epic que de una banda de death, y es que aunque no lo digan o no lo etiqueten así tiene bastante de ambos mundos. Para muestra la arrancada brutal death que sigue a ese inicio bucólico. Sinceramente, no acabo de ver muy bien la conexión entre las guitarras brutal y las partes melódicas que son realmente brillantes. Quizás si se ciñesen más al death melódico resultaría más coherente, pero para gustos colores. Lo cierto es que cuando sacan la melodía a pasear las emociones se disparan y los solos ambientales están a un nivel muy alto, al estilo de bandas como Visigoth, Manilla Road, Medieval Steel, etc.
Battle on my Grave es otro tema con un inicio melódico que podría firmar cualquier banda de epic metal de las que he citado antes. Un poco se repite la estructura de temas anteriores, aunque en este caso de forma más equilibrada, este sí es un tema de death melódico con todas las de la ley, muy al estilo de unos Amon Amarth, pero dándoles una lección en cuanto a generación de melodías.
We Will March arranca con los cuernos vikingos y acto seguido riffs muy de los Amon para un medio tiempo de bélica vikinga, apoyada con coros y toda la parafernalia al uso, no está mal pero sigue la estela de las bandas nórdicas y no impacta como los primeros temas. Under the Red Sky es uno de esos temas en que si no metiesen la voz gutural y un poco el groove podría pasar por un heavy melódico épico, destaco de nuevo las melodías como la parte más brillante, gran trabajo el de los guitarristas.
Glory of Our Mighty King sigue la misma estela de los anteriores, predominio de las melodías, con ritmos contundentes que le meten fuerza a la canción en momentos puntuales. Stronghold es un tema con predominio atmosférico pero con momentos donde se lanzan a toda velocidad en su death melódico, en este caso con más criterio que en otras ocasiones. Por útlimo tenemos Tavern Tales que hace de nuevo gala de esa dicotomía entre heavy y death melódico que por momentos sorprende y en otras encandila. La verdad es que no deja de ser una banda curiosa y que llaman la atención, porque si quitas los momentos de furia, que tienen todos los temas, eso sí, podríamos estar hablando de una banda de heavy épico sin ningún tipo de problemas. Rompen un poco ese tabique y eso hace que suenen especiales, amén de que los guitarristas hacen un trabajo soberbio en el apartado melódico. En cambio las pullas de brutal death no pegan ni con cola en el entramado de los temas. En resumen, un buen debut por parte de esta banda india, y ya no es la primera que destacamos del país asiático.
Feeling: 3,75/5
Originalidad: 3,5/5
Técnica: 4/5
Producción: 4/5
Puntuación: 7,75/10
sábado, 23 de noviembre de 2019
METALIAN – Vortex (2019)
1. Prologue (3:25)
2. The Sirens Wail (4:02)
3. Full Throttle (4:44)
4. Vortex (3:17)
5. Land of the Brave (4:03)
6. Liquid Fire (3:33)
7. Broke Down (4:24)
8. No Home (3:13)
Ian - vocals / guitar
Simon - guitar
Andres - bass
Tony - drums
Banda canadiense formada en 2003 por su vocalista y guitarrista Ian Wilson, que por cierto presume de que sus agudos se acercan a las notas de Halford. Después de publicar varios trabajos la banda original fue perdiendo sus miembros debido a lo que llamamos la vida misma, los niños, el trabajo… Hubo que remodelar el grupo y actualmente llevan con la misma formación cerca de siete años y han girado por Europa incluso.
Vortex es el tercer disco del grupo y sigue la estela de los anteriores, como ellos mismos señalan, fieles a su estilo y ojo a los priestinianos, si me permitís el vocablo, porque si no has escuchado nunca a este grupo esa es una referencia que ellos mismos citan. Y ojo también que de bandas canadienses ya hemos comentado unas cuantas este año con excelentes resultados, la verdad que yo no sé lo que les dan allí pero están que se salen en cuanto a metal clásico.
El disco se compone de 8 pistas, como ya he dicho en muchas ocasiones, un número para mi redondo cuando hablamos de álbumes de heavy clásico. Arrancamos con Prologue con unas guitarras previas de sonido pausado y heavy antes de meterse en velocidad con guitarras centelleantes, un poco la sonoridad melódica de los Maiden para un primer tema instrumental que a modo de presentación deja unas sensaciones excelentes.
The Sirens Wail es la entrada en el disco de la voz de Ian, lo hace con un transfondo de heavy clásico y veloz a lo Judas Priest, poco tiempo tardarás cuenta en que efectivamente la similitud en los registros con el dios del metal es más que evidente. El sonido también tiene ese ingrediente Judas pero además incorporá un toque más melódico en las guitarras. Un tema directo a la yugular, con solo veloz seguido de las clásicas twin guitars.
Full Throttle es un tiempo más lento, de sonido también muy clásico, con riffs que destacan por su sencillez y pegada, la voz se erige en auténtica protagonista, condimentando con buenos duelos de solos, largos y copiosos en cuanto a emociones y salida con riffeo repitiendo estructura como corresponde, el abc que sigue funcionando a la perfección porque el sonido es heavy sin tapujos, entre Judas y Grim Reaper.
Vortex tiene un estilo más speed metal, velocidad, riffs sin complicaciones, algún agudo de campana y el solo a degüello y sin contemplaciones pero garantizando el entretenimiento. Land of the Brave es un tema heavy pero con reminiscencias rockeras e incluso un poco punk recogiendo la estela de unos Motorhead, ese sonido característico de las guitarras, muy correoso que combinan con la melodía del riff y la velocidad imparable en la batería.
Me encanta la magia retro que desprende Liquid Fire con el heavy speedico de unos Judas Priest rejuvenecidos o de vuelta a sus primeros tiempos, con una nota sicodélica en las melodías y un estribillo que es una garantía de éxito. La parada a mitad de tema con la guitarra encabritada le da un carácter más ambiental y hace que la arrancada posterior sea todavía más espectacular con un solo lanzado a la velocidad de la luz. Espectacular tema para agitar el cuello sin descanso, quizás el mejor tema del disco.
Tras la vorágine del trallazo anterior llega Broke Down un tema que suena a ese heavy rock tan característico de discos como el Killing Machine o British Steel, el clasicismo desbordante de sus letras y riffs enciclopédicos te conquistará sin remedio. No Home es el último peldaño del disco con una sonoridad que encajaría perfectamente en ese discazo que es el Point of Entry o el Screaming con unos punteos muy setenteros, grandes melodías y el heavy por bandera.
Cada vez nos lo están poniendo más difícil para escoger el disco del año, especialmente en el apartado del heavy metal donde este año hemos tenido auténticos discazos y como os decía antes muchos de ellos provenientes de Canadá. Pero lo cierto es que esta banda, que ya lleva unos cuantos años en esto, sigue dando la talla y además dejan clara una cosa que se divierten haciendo música y eso se nota porque lo transmites en tus composiciones, sin duda más frescas y brillantes. No esconden sus influencias, pero el disco es de los que divierte de principio a fin y además te engancha más y más a cada escucha.
Feeling: 4,5/5
Originalidad: 3/5
Técnica: 4/5
Producción: 5/5
Puntuación: 8,5/10
CREMISI – Dawn Of A New Era (2019)
1. Dark Winds 02:23
2. The Black Death 05:16
3. Dawn of a New Era 06:12
4. Captain's Log 04:16
5. Confession 06:36
6. In the Name of the Lord 05:18
7. Waves of Sorrow 01:01
8. Battle of Lepanto 05:36
9. The Hanged Man 05:33
10. On the Moon 06:44
Davide Tomazzoni - voices
Federico Palmucci - guitar
Francesco Messina - bass
Rolando Ferro - drums
Desde Bolonia el debut de esta banda simfónica, que viene precedido de un ep en 2017, se habían constituido un año antes. Muchas orquestaciones es lo que prometen y unas canciones que a nivel temático se basan en el arte y la historia, algo menos habitual en este tipo de bandas. Vamos al lío.
Dark Winds sirve de presentación del disco a modo de intro, el ulular del viento y un sonido neoclásico en los teclados que le da un aire renacentista al tema. Acto seguido comienza The Black Death, aquí ya ponen las cartas encima de la mesa, batería power a tope con doble bombo con gran profusión en el acompañamiento de los teclados, pero cuando entra la voz ponen el ritmo en modo juglar con acústicas, interesante esa alternancia que mantienen a lo largo de todo el tema, contra lo que era previsible.
Dawn of a New Era es un tema más lento y con un carácter épico en las melodías que me agrada y me sorprende visto el apoyo incondicional que le dan a los teclados, pero se sacan unos riffs con distorsión que le dan carácter al tema. En cambio no me convencen tanto cuanto aceleran el tema y le meten unas melodías demasiado comerciales que no casan tan bien con lo expuesto antes, un tema de luces y sombras.
Captain's Log vuelve a mostrarnos unas melodías con aire épico acentuadas por las voces de sonido folk, bien secundadas por los arreglos instrumentales. Un tema en el que de nuevo consiguen un sonido fresco que distrae un poco la atención del componente sinfónico y le da un aire de epic folk bien interesante. Eso sí, a estas alturas ya empiezo a sentir en mis carnes la ausencia de buenos solos de guitarra y los teclados Nightwish del final me sobra por completo.
Confession tiene un inicio delicado a base de teclados clásicos, pero luego se meten con los sintetizadores y rompen esa magia que habían creado. Como en temas anteriores, van pasando de momentos estilo balada a otros de folk o power sinfónico, escasa presencia guitarrera. Las melodías folk con que inician In the Name of the Lord marcan el tema desde el principio, aunque por el medio se marcan un reprís power sinfónico un tanto para la galería que no acabo de entender muy bien. Por cierto, ojo al vocalista, un tipo solvente, sin algarabías exageradas, sobrio y que le da consistencia al sonido, lo que otras veces no ponen sus compañeros.
Waves of Sorrow es un breve interludio acústico de sonido folk que da paso a Battle of Lepanto, un nombre célebre que todos los españoles conocemos y relacionamos con el gran escritor de Alcalá. Cuando se ponen el traje épico es cuando más brillan, en este caso lo hacen con garantías en las melodías y con unos excelentes coros que van preparando el tema a fuego lento hasta que entra Davide al micro, me recuerdan enormemente a la clase de los Saracen, aunque ellos le dan su punto power incrementando el ritmo ocasionalmente, si bien en este caso lo hacen con solvencia y sin arruinar el tema. Sin duda por construcción y por sus grandes melodías es el tema del disco y en mi opinión la línea que deberían seguir porque en este terreno se muestran muy acertados. Solo les pongo el pero de que no hay solo guitarrero, no es que el tema lo pida necesariamente porque suena muy bien, pero sería un punto más, y que en todo el disco no encuentres uno pues bueno que queréis que os diga…
Tras la magia del temazo anterior The Hanged Man es una canción mucho más liviana, un medio tiempo en el que se resisten a perder el toque épico y en la que desgranan uno de los mejores riffs del disco, no tiene el aura de grandeza de la anterior pero si muy buenas melodías epic folk y logran contener las ansias sinfónicas de su teclista con éxito.
On the Moon tiene el comienzo más lento del disco y por eso quizás le meten un ritmo power. Vuelven a la calma y luego con el riffeo melódico nos continuidad con el que creo que es el único solo del disco, más vale tarde que nunca aunque no es suficiente para paliar ese grave problema. Un tema donde cierran sonando un poco a los Blind Guardian. Un disco de altibajos diría, los momentos más brillantes los consiguen con el epic folk y los más simplones cuando entran en vena sinfónica. Tienen un buen vocalita, buenas ideas, pero falta más presencia de guitarra y definir un poco más su estilo, hacia dónde ya es cosa suya.
Feeling: 3,5/5
Originalidad: 3/5
Técnica: 3,5/5
Producción: 4/5
Puntuación: 6,75/10
jueves, 21 de noviembre de 2019
ANGER MACHINE - Trail Of The Perished (2019)
1. Disconnected (3:31)
2. Conquer All (3:29)
3. Trail of the Perished (4:31)
4. Created to Corrupt (3:10)
5. Loss of Solace (4:33)
6. Down (4:50)
7. Vanquishers (3:37)
8. Red (4:58)
9. The Abominable (2:36)
10. Bittersweet (2:22)
Remus Stingaciu - Vocals
Thijmen den Hartigh - Rhythm & Lead Guitar & Backing Vocals
Martijn de Jong - Rhythm Guitar
Corné Bos - Drums
Merijn Kloosterman - Bass
Banda holandesa fundada en 2015 por su guitarrista y los miembros de este grupo comparten el haber sido compañeros de estudios de música, además han tenido un cambio reciente de vocalista. Este su debut, aunque previamente habían publicado un ep en 2016.
Comenzamos con Disconnected que nos ofrece un thrash teñido de groove, de ritmos agresivos intercalando ralentizaciones por el medio, el solo es veloz a juego con el tema pero teñido de una pizca de melodía. Conquer All es un tema más lento, con la misma voz gutural extrema, cambia los papeles en la base rítmica respecto al tema anterior, es un tema en el que introducen aceleraciones esporádicas y de nuevo el solo poniendo la aportación melódica al tema, un estilo que recuerda bastante al de bandas como Arch Enemy o Dark Tranquility.
Trail of the Perished mantiene un ritmo al ralentí, como queriendo desatarse, con riffeo melódico en medio del groove, pero reservan el cambio de ritmo para el momento del solo, buen trabajo el de Thijmen en este apartado. Created to Corrupt tiene un comienzo con riffs entre caóticos y técnicos que recuerda un poco al estilo de los Annihilator, sobre todo porque también lo acompañan con el groove al igual que la banda canadiense en los últimos años, de nuevo el momento más especial de la canción llega con el solo limpio, extenso y sin escatimar.
Inicio con riffs maliciosos melódicos en Loss of Solace, de nuevo al más puro estilo Arch Enemy, At the Gates. Es el tema más pausado hasta ahora pero tiene un envoltorio melódico y ambiental que le da garra y personalidad. Down es un tema muy similar pero con un punto más de velocidad en la base rítmica.
Vanquishers impone una marcheta rompecuellos desde el principio, a medio camino del thrash y el death. Está claro que tienen controlado el sonido que quieren ofrecer, y aunque no son especialmente frescos o novedosos en lo que hacen sí que entregan un puñado de temas que no dejan lugar a la duda en cuanto a potencia y en ello la base rítmica tiene su peso porque se muestra contundente en buena parte del disco, quizás es lo que les diferencia respecto a otras bandas de un enfoque melódico similar.
Red hace especial hincapié en el groove metal, con riffs contundentes y pesados y ritmo de batería por momentos desatado con el pedal a tope. Reprís inicial para introducir The Abominable, riffs a degüello y voces variando en registro pero siempre guturales hasta desembocar en un solo técnico, melódico y acelerado. Final con la breve Bittersweet, un tema más thrash e incluso con un punto heavy, aunque sin abandonar del todo el groove.
Si echas de menos los buenos tiempos de los Dark Tranquility aquí tienes un buen consuelo, no descubren nada nuevo pero no aflojan ni hacen experimentos con gaseosa en ningún momento y, como comentaba, tienen un guitarra solista que hace muy bien su tarea.
Feeling: 3,75/5
Originalidad: 3/5
Técnica: 4/5
Producción: 4/5
Puntuación: 7,5/10
miércoles, 20 de noviembre de 2019
UNTIL RAIN – Season V (2019)
1. Inner Season 02:34
2. Running 04:58
3. Patti 03:46
4. In Times of Despair 02:21
5. Qualia 05:16
6. Miracle 03:52
7. Restart 04:16
8. Stay 04:42
9. The Long Break 04:51
10. Ascending 03:39
11. A Land of Nothingness 03:10
12. Time Escape 04:48
Cons Marg - Vocals
Theodore Amaxopoulos - Guitars
Lef Germenlis - Keyboards,
Linus Abrahamson - Bass
Matthew Vella - Drums
Donna Zed - Backing Vocals
Nuevo disco de esta banda griega dos años después de su anterior álbum, Inure. Practican un metal o rock de carácter progresivo, con melodías y melancolía y cierto grado de oscuridad. El tema habla de sensaciones humanas como la codicia, soledad, la búsqueda de la felicidad, etc, nada que los humanos de todo el mundo no sepamos ni vivamos en nuestro día a día, por tanto unas letras conectadas a tope con la realidad.
Y la cosa empieza con Inner Season, una pieza relajada y melancólica donde la voz es la protagonista, a mí me parecen en este primer corte una mezcla de los Savatage con unos Operth por el lado más oscuro que desarrollan, es una especie de tema introductorio ya que no hay distorsión, como una especie de alzado del telón, hecho con buen gusto y sensibilidad.
Running es la continuación del tema anterior, con una guitarra acústica que va desgranando unos acordes hasta que entra la distorsión. Es un tema que combina las melodías con momentos de oscuridad y ambientación progresiva, lo hace con un estilo que traspasa fronteras, fusionando metal con jazz o new age si lo queréis, la pieza es de una exquisitez colosal que todos los amantes del progresivo sabrán apreciar. Además, tienen el acierto de meter riffs con garra y adictividad, con lo que no todo son cantos de sirena. En mi opinión el momento cumbre del disco.
Patti tira más hacia el rock progresivo con los teclados como gran acompañamiento de las voces, el tiempo lento como en temas anteriores y casi al final meten unas guturales que ya son un recurso que no sorprende por la reiteración en tantas y tantas bandas, el tema no llega al nivel del anterior pero no pierden las emociones. In Times of Despair es uno de los cortes breves y sigue esa tendencia de rock progresivo con mucho teclado y voces, con un estilo space.
Qualia en una primera parte desgrana un rock progresivo en la línea de los dos anteriores y luego van metiendo algunos apuntes de metal más agresivo que nos llevan el terreno de bandas como los Orphaned Land. Pero ciertamente es un tema donde se gustan y despliegan con un ritmo lento toda clase de instrumentaciones y recovecos l
vocales, con un sabor a las baladas de los Angra, ese toque a caipirihna de los viejos tiempos.
Miracle es un tema entre el rock y el metal progresivo, o entre unos Ark y unos Conception, tiene más presencia de guitarra, más garra, pero sin descartar por completo las desbarradas de teclados y las partes atmosféricas tan características en su música.
Restart es una balada muy ambiental con apoyo de voces corales y muy buenas melodías de guitarra, la podría firmar cualquier guitar hero de talla mundial, sin dar nombres. Stay sigue la línea de todo el disco en cuanto a tiempo se refiere y va intercalando interesantes riffs melódicos con distorsión y con unas melodías de corte samba que le dan ese aire especial al disco. Redondean el corte con un solo bien intenso y técnico.
The Long Break es el tema más relajado del disco hasta ahora y en este caso las voces femeninas se erigen en protagonistas. Ascending tiene una mayor potencia en las guitarras pero también un aire más alternativo en los riffs y siempre nos dejan detalles técnicos y melodías para dejar volar la imaginación. A Land of Nothingness es un tema claramente experimental y con una orientación muy new age en la mayor parte del mismo. Cierran con Time Escape, un corte en la línea relajada progresiva de todo el disco pero con algunos de los arranques de metal alternativo más virulentos del mismo. Un disco que emociona sobre todo por sus melodías, ambientaciones y excelente calidad técnica. En cambio si lo que buscas es potencia no es el sitio más adecuado para buscarla, rollo progresivo pero muy ambiental, un bocado para disfrutar sin prisas.
Feeling: 4/5
Originalidad: 3,5/5
Técnica: 4,5/5
Producción: 4/5
Puntuación: 8/10
martes, 19 de noviembre de 2019
LACRIMAS PROFUNDERE - Bleeding The Stars (2019)
1. I Knew And Will Forever Know (4:12)
2. Celestite Woman (3:34)
3. The Kingdom Solicitude (4:54)
4. Mother Of Doom (3:58)
5. Father Of Fate (3:28)
6. Like Screams In Empty Halls (3:52)
7. The Reaper (4:08)
8. After All Those Infinities (2:57)
9. A Sip Of Multiverse (3:41)
10. A Sleeping Throne (4:33)
Oliver Nikolas - guitars
Julian Larre - vocals
Dominik Scholz - drums
Vuelve a la carga esta conocida y reconocida banda alemana con un nuevo disco, tres años después de Hope Is Here. Es verdad que muchos fans consideran que los inicios de la banda fueron su mejor época, pero el camino sigue y hay que ir haciéndolo, así que veamos lo que nos tienen que ofrecer con este nuevo disco que publican a través de Spv el 26 de julio. Eso sí, ya avisamos de que viene cargado con nuevo lineup, por supuesto sigue a los mandos de la nave Oliver pero pasan a ser un trío con la vuelta a la batería de Dominik Scholz y el estreno en el micro de Julian Larre del que poco se sabe, la suerte está echada así que démosle la vuelta a las cartas.
Empezamos con I Knew And Will Forever Know, unos primeros compases muy ambientales con una voz en principio tirando hacia el rock pero cuando entran de lleno con los riffs nos encontramos un pasaje más metalero y de sonido doom, aunque sin abandonar del todo el sonido gothic que les acompaña en sus últimos discos. Meten variedad de voces y coros que le dan más dimensión al tema y acentúan ese enfoque doom con una intensidad creciente hasta el final de la canción.
Celestite Woman supone un cambio bastante radical de escenario ya que pasamos de la oscuridad del tema anterior a un rock gótico a lo Anathema o Tiamat, un tema que busca el lado más comercial y asequible de la banda. Hay que decir que lo consiguen, las melodías son acertadas y el estribillo tiene gancho, un poco de groove completa el cuadro con un perfil claramente definido, se puede decir que es el típico tema que sin duda se puede convertir en todo un hit a poco que lo promocionen.
Seguimos viajando a través del álbum, en este caso con un comienzo muy místico en The Kingdom Solicitude, un tema con una cadencia melódica exquisita refinada por los arreglos sinfónicos. Lo bueno es que le meten también el ingrediente del death melódico, algo que los fans de los viejos tiempos seguramente agradecerán. El gran acierto de este tema consiste en fusionar garra y emotividad melancólica.
Mother Of Doom es un tema de rock gótico pero al que le dan una interesante capa de doom melódico y también unos arreglos ambientales y en las voces que sorprenden de nuevo por su variedad y buen hacer. Hay que reconocer que el fichaje de Larre parece que ha dado en el clavo. El disco sigue desarrollándose con una elegancia y sobriedad que te va conquistando sin pausa. Father Of Fate sigue esa línea pero introduciendo más distorsión y voces más , lo que le da carácter al tema.
Like Screams In Empty Halls tiene otro de esos comienzos a lo Moonspell, Kathatonia, de gothic metal, mezclando voces graves con otras más agudas, pero de nuevo es la parte de la instrumentación con copiosos detalles lo que hace que el tema resulte atractivo, sin olvidar jugar adecuadamente la baza de unas melodías cautivadoras.
The Reaper es uno de los temas más pausados del disco, marcadamente atmosférico, con una pausa exquisita con acústicas y melodía muy sutil. After All Those Infinities es el corte más breve del álbum y uno de los más frescos, con un ritmo vivo de rock melódico ambiental intercalado con pasajes lentos de perfil gótico. A Sip Of Multiverse es básicamente un tema rockero muy ambiental con el mejor solo del disco y mucho gancho en las melodía, es el preludio del aldabonazo final con A Sleeping Throne, un tema con un perfil variado y progresivo, entre el rock y el metal melódico, en la misma línea de todo el disco, con un buen trabajo instrumental siempre detrás. La pausa con teclados y distorsión por encima es el momento de catarsis del disco.
Oliver ha conseguido reunir y poner adecuadamente todas las piezas para hacer posiblemente el disco más consistente de los últimos diez años de la banda. Consigue un gran equilibrio entre ambientación, melodías y momentos de agresividad, siempre contenida, que no desentonan en ningún momento. Creo que es un disco muy emotivo, que entretiene y se pasa casi sin que te des cuenta, han vuelto a recuperar el buen feeling.
Feeling: 4/5
Originalidad: 4/5
Técnica: 4/5
Producción: 5/5
Puntuación: 8/10
lunes, 18 de noviembre de 2019
APHRODITE – Lust and War (2019)
1. Hades in the Night 03:03
2. Pandora's Box Unleashed 03:49
3. Ares, God of War 02:32
4. Lightning Crashed 03:21
5. Penthaselia 02:57
6. Gorgon Medusa 02:51
7. Aphrodite, Queen of Lust 03:23
8. Orpheus Charms the Gods of Death 03:10
9. Thesus and the Minotaur 03:26
10. The Odyssey 03:59
11. Gladiators (Gladiators) 03:53
Jo Steel – Guitars, Bass, Drums
Jan Turbo – Lead Guitar
Tanza Speed – Vocals
Tenemos ante nosotros el debut de esta banda canadiense fundada el año pasado y que se han dado mucha prisa para preparar su primer disco y firmar con el sello Fighter Records para lanzarlo. A nivel de letras habla sobre temas de la mitología griega, de ahí la peculiar portada.
Tenemos un primer tema como es Hades in the Night que basa su pegada en la voz femenina de Tanza con su forma característica de cantar muy aguda y de sonido under, bien secundada por ritmos veloces y guitarras speed, con un estilo claramente old school a lo Vectom o Deathwish, además el estribillo es de esos que se te quedan.
Pandora's Box Unleashed es un tema de ritmo todavía más alocado al que le añaden un condimento punk, el resultado es efectivo y acertado, con solos totalmente disparados. Sin tiempo para tomarse un respiro acometen con Ares, God of War otro tema veloz de solos que no se complican mucho en cuanto a elaboración pero si que tienen feeling, su punto transgresor a lo Acid y una producción cruda que le queda muy bien.
Lightning Crashed tiene un estilo más europeo dentro de lo que es su speed metal, con riffs a caballo entre el heavy y el speed metal, batería siempre veloz con mucha presencia de caja y las voces que le siguen dado ese sonido carismático, un punto diferenciador. Por fin con Penthaselia introducen un poco de variedad en sus canciones ya que corrían el riesgo de estancarse en los mismos parámetros, tampoco es que cambien especialmente el escenario, pero solo el ralentizar ritmo y riffs hace que el tema cobre un perfil totalmente distinto, más heavy y con el toque oscuro de la new wave.
Se ve que en el tema anterior se quedaron con las ganas de pisar a fondo y en Gorgon Medusa tratan de recuperar el tiempo perdido, un tema que muestra unos riffs un poco más técnicos. Bueno el arranque de Aphrodite, Queen of Lust con unos riffs veloces pero más oscuros que incluso se adentran un poco en el terreno del thrash técnico y que constituyen el entramado básico de la canción. Orpheus Charms the Gods of Death sigue la línea de todo el disco, ritmo sostenido con escasos cambios y salpicado de solos cortos, con la voz como referente y con ese acento influenciado por el rock y el punk.
Thesus and the Minotaur tiene como novedad respecto a temas anteriores que juegan más con los riffs melódicos y van menos a cañón. The Odyssey se distingue por sus guitarras encabritadas, pero poco más, porque ofrece el mismo juego de velocidad y riffs metralleta que son la base de su repertorio, solo que en este caso el estribillo es más acertado y que se acerca más a la vertiente power de unos Running Wild.
En definitiva, tenemos un buen debut a cargo de esta banda canadiense, una más en ese aluvión de bandas que están saliendo sin cesar del país norteamericano y que se pueden catalogar como una new wave canadiense. Su punto fuerte es el sonido old school, la producción muy ochentera y una vocalista que le da su toque personal con influencias del rock y el punk. La parte menos vistosa es que los temas son muy similares y acaban resultando un poco reincidentes en el mismo esquema, pero el balance es claramente positivo.
Feeling: 3,5/5
Originalidad: 3/5
Técnica: 3,5/5
Producción: 4,5/5
Puntuación: 7,25/10
RETERNITY - Facing The Demon (2019)
1. Strings Of Sor I: Sunset 01:10
2. Last Days Of War 04:22
3. Tomorrow's History 04:03
4. Reternity II 00:58
5. I Love The Night 02:54
6. Down. Not. Broken. 03:31
7. Facing The Demon 04:30
8. Singularity 05:33
9. Suicide Butterflys 04:18
10. Stone To Mouth 04:47
11. Strings Of Sor II: Sundown 03:49
Stefan Zörner – vocals
Carsten Sauter – guitars, bass
Semen Brik – guitars
Sascha Beul – drums
Debut de este grupo alemán compuesto por gente experimentada, como el caso del vocalista que ha estado en grupos como SpiteFuel, Lanfear o Strangelet. Dicen que su música tiene una orientación muy variada, de múltiples caras, veamos que hay de cierto en ello.
Una primera intro a base de acústicas, sencilla y sin complicaciones. Seguidamente entra Last Days Of War, aquí la cosa ya se pone más interesante, un tema que mezcla el heavy con arremetidas constantes de speed o death melódico se podría decir, un híbrido en toda regla.
Tomorrow's History ofrece un metal de corte moderno, a medio camino entre el death melódico y un thrash muy suavizado, con unas vocales que en ciertas fases incluso apuntan al hard rock, al final va a ser cierto que hacen una variedad de estilos, aunque no los catalogaría como música progresiva, porque siguen unos parámetros en cuanto a base rítmica más fijos y unos riffs más marcados.
Reternity II es un tema de transición de menos de un minuto, le dan un carácter ambiental y sirve para introducir I Love The Night que es un tema heavy con buenas melodías de guitarra, menos experimentos y más consistencia, con la voz encajando mucho mejor en ese entramado.
Down. Not. Broken. hace uso del groove con más abundancia pero tiene también un trabajo en la guitarra que destila más melodía, se mueve entre el heavy y el rock, pero el ritmo no me acaba de convencer y le falta fuerza. Facing The Demon tiene más fuerza que el anterior, la base rítmica muestra las variaciones que veíamos en temas previos y siguen orientándose hacia el heavy con alguna variante de speed metal. Singularity es un tema casi calcado del anterior, de nuevo el groove y la melodías compartiendo protagonismo, correcto pero no explosivo, le sigue faltando el punto de inspiración que hace de una canción algo especial.
Tratan de darle un toque más tenebroso a sú música en Suicide Butterflys, al menos en el inicio del tema, pero luego los riffs y la voz limpia no acompañan mucho ese sonido aunque lo tratan de compensar con el contrapeso del groove. Stone To Mouth es un tema con inclusión de voz femenina para darle un toque más emotivo, pero el tema es bastante simple y apenas deja huella. Strings Of Sor II: Sundown es otro tema un tanto desconcertante que usan para cerrar el disco, con sonoridades de rock bastante comercial aderezadas por un punk heavy tan poco convincente que acaba resultando un tanto insulso.
Un disco diría que bastante irregular, en algunos momentos suenan bastante huecos y sin relieve y en otros parece que quieren meterse en fregados más profundos pero sin mojarse las rodillas. A medida que avanza el disco la credibilidad se empieza a resentir, vamos que no convence y el feeling escasea en muchos momentos. Un poco de todo y mucho de nada, les falta definir más su apuesta.
Feeling: 2,5/5
Originalidad: 3/5
Técnica: 3/5
Producción: 3,5/5
Puntuación: 5,5/10
viernes, 15 de noviembre de 2019
TONY MILLS – Beyond The Law (2019)
1. The Westside (4:12)
2. Beyond The Law (4:05)
3. Running Guns (4:39)
4. F.B.I. (4:17)
5. Black Sedan (4:12)
6. We Sold Your City (4:00)
7. Crackin' Foxy (3:40)
8. Bonnie's Farewell (5:21)
9. Code Of Silence (3:44)
10. Gunfire (3:51)
Tony Mills - Vocals
Tommy Denander - Guitars and Keys
Pete Newdeck - Drums and Backing vocals
Patrick McKenna - Piano
Linda Mills - Bass Guitar
Toine Vanderlinden - Bass Guitar
Josh ‘ Tabbie’ Williams - Bass Guitar
Tony Forsythe - Bass Guitar
Chris Aldridge - Saxophone
Tony Mills no necesita presentación, es uno de los grandes de la historia del rock y este parece que va a ser su último álbum en solitario y quien sabe si no el último como músico, los años pasan para todos casi sin que nos demos cuenta ni podamos hacer nada al respecto. No me extiendo mucho más, para los que todavía no conozcáis a este gran vocalista recomendaros sobre todo que escuchéis sus discos con Shy a los que se unió en 1983. Pero su prolífica carrera se extiende más allá y tiene discos con los Siam, su proyecto después de abandonar Shy, los TNT sustituyendo a Tony Harnell, entre otras muchas colaboraciones.
Este último disco va a caballo entre la década de los 30 y los 60 del siglo pasado en cuanto a temática se refiere, la portada con la ambientación gángster da buena prueba de ello. Para su grabación Mills se ha rodeado de músicos de su entorno y confianza en estos últimos años de carrera.
Arrancamos con The Westside con sus toques rockeros clásicos entre blueseros y de ambiente sureño. Parece mentira pero Mills después de más de cuarenta años de carrera conserva su voz de maravilla, con su tonalidad de rockero clásico y una potencia más que envidiable para muchos, te da la sensación de que podría seguir publicando discos eternamente. Y este es claramente un tema que sirve para ponerle la alfombra roja para su lucimiento total y por supuesto lo aprovecha. El tema se mantiene en un tiempo lento todo el rato y el punteo es clásico a más no poder.
Beyond The Law lleva una onda mucho más dinámica, con toques aor pero también guitarras que cobran más protagonismo, un hard rock melódico brillante a lo Shy, Icon o House of Lords, melodías cautivadoras pero también su punto de energía que lo hace muy atractivo, un tema ganador.
Running Guns sigue con las buenas sensaciones, un comienzo de guitarras melódicas y un tema de nuevo más pausado, de puro rock clásico a lo Ufo o a lo Tony Mills, por supuesto. Un tema muy equilibrado donde las melodías guitarreras conviven en perfecta armonía con la privilegiada garganta de Mills.
Un punto a favor del disco es que cada tema suena diferente y con su propia personalidad, así F.B.I. es un rock más orquestado, más complejo, de tiempos cambiantes y coros, a lo Ten, con un ritmo vivo. Black Sedan empieza con una escala melódica seguida de un buen riff rockero pegadizo a más no poder y un estribillo ganador donde una vez más Mills deja su impronta.
We Sold Your City a diferencia de la anterior tiene un aire más añejo, con apoyo de teclados y guitarrazos de toda la vida que nos retrotraen al sonido Ufo y Tnt de los 80, como podéis apreciar siempre nos movemos en esferas musicales clásicas de alto nivel, como era de esperar por otra parte. El estribillo es de esos que te hacen saltar. Crackin' Foxy tiene un riff de inicio muy de rock británico, suena muy a Magnum por momentos, como a lo largo de todo el disco buenos punteos y grandes arreglos y voces en off para dar ambientación al tema con la historia de la mafia.
Llegamos al tema más largo del disco con Bonnie's Farewell y el comienzo con saxofón te llevará lejos, teclados de fondo y entra la voz de Mills, magia en estado puro, es lo que estaba pidiendo el disco, se hacía esperar ya una balada grande como está, poliédrica, con el saxo dándole esa dimensión y la emotividad de la voz a flor de piel, un tema que casa perfectamente con el romanticismo que ya desprende el título del tema, ya sabéis la historia de Bonnie & Clyde, llevada al cine y demás.
Code Of Silence es un rock que sigue una impronta típica, seguramente el tema que menos me sorprende de todo el disco, pero con una parada muy acertada para introducir un buen solo. Traca final con Gunfire, pisando el acelerador, con mucho apoyo instrumental y hasta un punto de hard heavy, como cuando los Saxon se dieron por orientarse al rock. El despliegue vocal en este tema es sencillamente espectacular, bien secundado por la labor de las guitarras, un colofón de oro para un gran disco.
Hay artistas que deberían tener prohibida la jubilación. Tony Mills es uno de ellos, no solo por la espectacular carrera musical que tiene a sus espaldas sino porque demuestra que todavía sigue en un estado de forma envidiable y que podría tener cuerda para rato. Pero hay gente que prefiere morir sobre los escenarios y otros que escogen un merecido descanso después de años y años vendiendo discos como churros y girando por todo el mundo. Disfrutemos de este último disco y del gran legado que nos deja.
Feeling: 4/5
Originalidad: 4/5
Técnica: 4,5/5
Producción: 4/5
Puntuación: 8,5/10
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