sábado, 28 de marzo de 2020
ANDY GILLION – Neverafter (2019)
1. Nocturne (1:51)
2. Becoming the Nightmare (5:51)
3. Skyless (7:13)
4. Becoming the Dream (5:34)
5. Aria (1:15)
6. Black Lotus (7:04)
7. The Lost Melody (1:47)
8. Shards of a Forgotten World (6:22)
9. Hiraeth (4:24)
10. Lullaby (2:52)
11. Neverafter (8:30)
Andy Gillion – all instruments
Samus Paulicelli – drums
Jeff Loomis, Paul Wardingham – guest guitars
Christina Marie – guest vocals
Primer album en solitario de este músico, también guitarrista de los Mors Principium Est. Se trata en su mayoría de un disco instrumental y de carácter conceptual que trata sobre una niña que busca el por qué del fallecimiento de su madre. En cuanto a las participantes invitados en el disco destacar sobre todo la presencia del conocido Jeff Loomis en uno de los temas.
Andy se define como un músico que es capaz de tocar y componer en estilos muy variados, de hecho participa en proyectos de distinto pelaje y condición, toca el piano y la guitarra con habilidad, además de componer. Veamos que es lo que nos tiene que ofrecer en este que es su primer disco en solitario.
Nocturne es un tema que funciona a modo de intro con predominio del factor sinfónico. Becoming the Nightmare sigue en esa misma línea con el tema sinfónico como principal elemento, groove guitarrero y algunos licks de aproximación neoclásica y melódica que la dan también una orientación de death melódico.
Inicio a base de piano en Skyless, el tema en el que participa Loomis como invitado. Es un tema más potente que el anterior, con algunos muy buenos riffs, que de todas formas no se sustrae del enfoque predominantemente melódico que lleva el disco. Solos marca de la casa como corresponde al invitado en este tema, sin duda le da un toque de feeling extra que lleva el tema a cotas superiores. Se agradece también el dramatismo que Andy es capaz de generar con los complementos orquestales sin que suene demasiado artificial y arreglado como ocurre en la mayoría de estos proyectos, el tema con más sentimiento y pegada del disco, buena composición melódica con momentos realmente vibrantes, en los que la aceleración impuesta por la base rítmica juega un papel fundamental.
Becoming the Dream apuesta mucho más por las melodías y los medios tiempos, pero sabiamente Andy sigue jugando con esos latigazos de death melódico progresivo que introduce en momentos concretos de la canción y que evitan que los temas caigan en el empalague melódico. Atención también a los momentos ambientales que es capaz de crear con el piano y que dobla con estilo con los solos melódicos guitarreros, por si no lo conocías queda fuera de toda duda su formación técnica instrumental.
Aria es un breve lapso en la verborrea instrumental de este buen músico, con la aparición de la voz angelical de Marie, apenas un suspiro y un respiro para tomar aire con lo que se nos viene encima en Black Lotus, el groove vuelve a ganar presencia, compartiendo focos con las melodías, riffs técnicos con buena instrumentación de fondo y un ritmo que refleja tensión y ansiedad, a veces, cuando las cosas se hacen bien, no es necesario tener un señor o señora que te esté retransmitiendo con las letras lo que el tema quiere decir, la música en este caso es bastante elocuente y los nubarrones se ven en el horizonte y la lluvia rebota contra los cristales a medida que el tema se va desarrollando y tomando forma. Un tema donde cobran protagonismo el shred de las guitarras, de libro, disfrute total.
The Lost Melody es una breve instrumental cuyo título supongo que hace referencia al tema del disco, ya que Aria, la niña protagonista, solo guarda como recuerdo de su madre una caja de música que no funciona, a partir de ahí cada uno que interprete lo que quiera, es como si abriese la caja y por fin recuperase el recuerdo de su madre perdida. Shards of a Forgotten World es un tema de death melódico básicamente, donde una vez más Andy demuestra que no sólo es un guitarrista con técnica sino también un hábil compositor que sabe transmitir emociones, se gusta en el shred de su guitarra, desplegando mil y una melodías a lo Joe Stump.
Hiraeth es el otro tema que cuenta con la participación de otro guitarrista invitado, Paul Wardingham. Se podría definir como una balada donde las melodías suenan de manera fantástica, al estilo de grandes guitarristas donde el gran referente podría ser Satriani, con un interesante punto ambiental que acompaña de principio a fin. Lullaby da continuidad con un tema sin base rítmica, solo a base de melodías y un poco de teclados para crear una sensación de paz celestial o viaje astral.
Fin del camino y de la historia con Neverafter, donde después de varios temas relajados Andy recupera la sonoridad del death melódico, pasando el tema por distintas fases, desde las partes más desenfrenadas a otras más ambientales, con la calidad y el buen saber que le caracteriza. Un disco que llama a escucharlo una y otra vez, poniendo la oreja para captar todos los matices que esconde. Un trabajo concienzudo, sin duda hay horas detrás de este disco y eso sale a relucir en el cómputo global del disco. Como único pero diría que a veces la producción es un poco desbordante, no es que sea mala ni mucho menos, pero quizás sí demasiado dimensionada. Buena primer piedra en el camino de este músico para su carrera en solitario.
Feeling: 4/5
Originalidad: 3,5/5
Técnica: 4,5/5
Producción: 3,5/5
Puntuación: 8/10
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